Carlos Villa Roiz
El Congreso de la Unión aprobó recientemente una nueva Ley de Archivos, tema de interés para la Iglesia en México dado que en todas las parroquias se cuenta con un archivo, algunos de los cuales son de interés histórico.
La nueva ley busca fomentar el resguardo, difusión y acceso a los archivos históricos, en virtud de que constituyen el patrimonio documental de nuestro país, pues poseen documentos históricos no sustituibles que sirven para reconstruir la historia de nuestra nación y forman parte de nuestra memoria colectiva.
En este sentido, dicha ley promueve la conciencia y el interés por la preservación y difusión de todos los archivos históricos, no sólo públicos, sino también privados. Y en esta última categoría se encuentran los archivos parroquiales.
La ley federal de archivos está publicada para su lectura y análisis, y puede ser consultada en la propia página de la Cámara de Diputados.
En entrevista, especialistas de la Arquidiócesis Primada de México consideraron que “la ley establece varias cosas positivas: en primer lugar, el reconocimiento de los archivos históricos de gobierno o públicos como espacios para el resguardo del patrimonio documental. Espacios que deben ser protegidos, conservados, ordenados, clasificados, y sus acervos dispuestos a la investigación. Al reconocerlos se establecen para los funcionarios públicos sanciones en contra de aquellos que no fomenten su resguardo y acceso. La ley propone además un sistema de archivos en el que participen no sólo los archivo públicos, sino además aquellos considerado privados (como es el caso de los archivos parroquiales). A través de esta red se compartirán conocimientos y se dará apoyo para la conservación de los acervos documentales.”
Y es que, los archivos históricos parroquiales no sólo constituyen la memoria de una iglesia local, sino además, como han señalado varios autores (Claude Morin, América Molina, Elsa Malvido, Thomas Calvo), conforman una rica fuente para la demografía histórica y la historia social. “En el primer caso, porque nos permiten realizar el primario análisis de los factores naturales de la población: fecundidad/natalidad, mortalidad, nupcialidad o porque nos ayuda a reconstruir prácticas sociales como la ilegitimidad, las relaciones consensuadas, las estrategias familiares o el mestizaje social y biológico en suma preservar y reconstruir la historia local y colectiva de las sociedades que nos han antecedido. En este sentido, mantenerlos en orden y un buen estado de conservación es un imperativo en tanto que forma parte de la memoria de la Iglesia y de nuestro país”, señaló Marco Antonio Pérez Iturbe, del Archivo de la Arquidiócesis Primada de México.
Para capacitar en materia de archivística eclesiástica, durante verano la Universidad Pontificia de México (UPM) ofrece cursos especializados, un espacio ideal para capacitar a ministros eclesiásticos o a las secretarias de las parroquias en la ordenación y preservación de los archivos. Por otra parte, la maestría en historia que oferta la misma UPM también cuenta con asignaturas en archivística y paleografía.
En el caso de la Arquidiócesis de México también pueden acudir al Archivo Histórico del Arzobispado de México, ubicado en Durango 90 en la colonia Roma, para alguna capacitación o duda sobre su preservación.
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