Este domingo 22 de octubre, el Arzobispo de México entronizó una reliquia de san José Sánchez del Río y envió un mensaje a los jóvenes católicos:
Queridos Jóvenes, reunidos en casa de nuestra Madre Santísima, con la reliquia de primer grado de San José Sánchez de Río, que entronizaremos en esta casa Santa.
Este adolescente valiente, de apenas 13 años de edad tan pequeño en edad, pero grande en su fe nos da ejemplo y testimonio de la entrega total y plena a la voluntad de Dios.
Su sentido profundo de la fe y del amor a Dios, no fue casualidad, sino que atrás de él estuvieron el ejemplo y testimonio de sus papás. Su primer contacto con Dios le vino de sus padres. Ellos supieron encaminar a San José en el camino de la fe. De aquí la importancia papás, de que ustedes influyan en la fe de sus hijos. Son ustedes los primeros maestros y catequistas en la fe.
Papás no descuiden en sus hogares la formación espiritual de sus hijos; no los abandonen a su suerte. Ustedes son la primera puerta para que sus hijos se encuentren con el Creador.
Podemos decir tantas cosas de este santo joven. Pero quiero simplemente retomar algunos puntos que les ayudarán a Ustedes jóvenes que han venido hoy a vivir su fe y compromiso con Dios.
En primer lugar, San José a pesar de su corta edad, poseía una fe grande y profunda, aprendió a abandonarse a las manos de Dios, porque creía en Él. Eso lo llevo a arriesgar su vida, a entregarla hasta lo más sublime que un cristiano puede hacer, dar la vida por el otro. Y San José la dio por muchos de su pueblo, la dio por amor a Dios. Así como muchos de ustedes, dieron su vida, su tiempo, su espacio por los más necesitados en días pasados donde este terrible terremoto derribó edificios y casas, pero no derribó el amor de todo un pueblo de la corresponsabilidad por ayudar al prójimo.
Yo quiero felicitarlos por este acto heroico de profundo amor, que muchos de ustedes demostraron hacia los más necesitados. Gracias por salir a las calles, gracias por poner sus manos en quitar escombros, gracias por dar su tiempo en organizar los víveres, gracias por su trabajo, por su sonrisa, por ser fuerza en estos momentos de dolor. Gracias por ser luz en estos momentos de oscuridad. Ustedes son una bendición para nuestra ciudad, Dios los bendiga enormemente jóvenes.
Jóvenes no desfallezcan, no se dejen vencer por las adversidades que la vida pueda darles. Sigan formándose en los valores humanos y cristianos, sigan preparándose para dar testimonio en la vida cotidiana. Sean corresponsables con los demás jóvenes, no los abandonen. Estén cerca de ellos, de manera especial por aquellos que están alejados, por aquellos que no están cerca de Dios, ustedes sean hermanos para ellos. Y que el ejemplo y testimonio de San José Sánchez del Río, los ilumine para poder seguir sus pasos a una entrega más fiel a nuestro Señor Jesucristo.
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