En el marco de las celebraciones de las festividades por Todos los Santos y los Fieles Difuntos, la Arquidiócesis Primada de México realizará el 3 de noviembre de 2024 una Santa Misa en la Basílica de Guadalupe en memoria de las víctimas del suicidio, con el objetivo de acompañar y abrazar a las familias que perdieron a un ser querido de esta manera.
Jesús Valdez de los Santos, responsable de la Pastoral de la Vida de la Arquidiócesis de México, que el reto que tiene la Iglesia en la Ciudad de México es estar cerca de las familias que han perdido a alguien por medio de esta trágica vía, pero sobre todo ayudarlas a superar el trance que les provoca tanto emocional como socialmente.
“Es sabido que las familias muchas veces viven con la vergüenza por cómo un miembro de la familia perdió la vida, a veces incluso hasta frente a hijos o de otros familiares, lo cual además del trauma que deja el ver morir a alguien así, después viene la culpabilidad también y pensar ‘qué hice para que ocurriera esto’ o ‘qué no hice’”, indicó en entrevista.
Realizar la Celebración Eucarística en el templo de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe es un hecho muy relevante, aseguró Valdez de los Santos, ya que al hacerla en honor de las víctimas del suicidio se buscar terminar con el mito que señala que la persona que incurre en esta acción está condenada automáticamente, lo cual es totalmente falso.
“Algo muy importante es desmitificar esta idea que existió de que un suicida se condenaba automáticamente porque se ha demostrado que las personas que atentan contra su vida en la mayoría de las ocasiones, en un enorme porcentaje, en ese momento tienen un desequilibrio emocional, tal vez psíquico y tal vez hasta químico”, explicó el responsable de la Pastoral de la Vida.
Lo anterior, añadió, parte del hecho de que “estamos hechos para la vida y está demostrado que la persona que puede estar sufriendo lo peor, por ejemplo los casos en los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial, se aferra la vida; aunque esté sufriendo se aferra a la vida, es un fenómeno natural de nuestra humanidad, de nuestro cuerpo”.
“Cuando alguien decide atentar contra su vida y eliminarla, se ha demostrado que no hay un equilibrio en ella, que no está usando sus cinco sentidos y, por lo mismo, no podemos afirmar que esa persona ya fue condenada por Dios, porque no hay la certeza de cuáles son las circunstancias de su muerte y tampoco que lo hizo en sus cinco sentidos”, subrayó.
La decisión de la Arquidiócesis de México de que la Santa Misa por las víctimas del suicidio se realizara el 3 de noviembre fue para enmarcarla con las celebraciones por el Día de Muertos, fecha en las que todos recordamos a nuestros seres queridos que se han ido, pero también para enviar un mensaje de comprensión y de aliento a las familias, para que recuerden que la Iglesia está con ellos en todo momento, sobre todo cuando se ven afectadas espiritualmente.
“En ese momento algo que les puede pasar es que se terminan alejando de Dios, de la Iglesia, de los Sacramentos, porque se sienten juzgados, porque se sienten incomprendidos, por lo que la intensión de realizar esta Misa es que sea parte de la sanación que necesitan, mostrar que la Iglesia recibe a todos.
“No nos toca juzgar, nos toca ayudar a sanar, a sanar para que no se vuelva a repetir un caso de estos y buscar reducir entre los grupos juveniles ese flagelo, pero también para quitarle el romanticismo, porque también suele que para algunos sectores sea como una salida romántica de la vida, pero realmente no es romántica, es trágica para los que se van y para los que se quedan, por eso creemos que tenemos que hablar de ello”, dijo.
Valdez de los Santos señaló que es momento de hablar y enfrentar esta problemática, ya que si bien, por desgracia, el porcentaje de suicidios de está incrementando entre el sector juvenil, es un hecho que es una acción en la que todas las personas pueden incurrir en un momento dado.
“Lo que queremos hacer con esta misa es, primero, desde la Pastoral de la Vida, darles un abrazo a las familias, porque necesitamos romper esos ciclos de violencia, incluso contra uno mismo, porque si no se les confrontan pueden llegar a repetirse en la misma familia”, aseveró.
“Queremos hablar del tema”, continuó, “queremos que se sepa que es un fenómeno que va creciendo y que en las familias tenemos que estar atentos de todos los miembros, no nada más a los jóvenes, porque si bien en los jóvenes se ha incrementado más el porcentaje el tema del suicidio, todo el mundo puede llegar a buscarlo, desde el más joven al más grande, entonces hay que estar atentos entre todos”.
La Celebración Eucarística en memoria de las víctimas del suicidio será el domingo 3 de noviembre de 2024 a las 18:00 horas en la Basílica de Guadalupe y la presidirá monseñor Francisco Javier Acero Pérez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.
Jesús Valdez informó que todas las personas que deseen asistir a la Santa Misa en el Templo del Tepeyac lo pueden hacer, en especial quienes sufrieron la perdida de un ser querido por suicidio, para que se sumen en oración para pedir por el eterno descanso de las víctimas del suicidio.
Mayte Herrera Legorreta, fundadora de la organización “Que Se Escuche Fuerte Mi Grito”, calificó como muy positiva y alentadora la iniciativa de la Arquidiócesis de México de organizar una misa en memoria de las víctimas del suicidio, ya que además de abrazar a quienes han sufrido una perdida por esta razón puede ayudar a salvar muchas vidas.
En entrevista indicó que para los católicos, “para quienes creemos en Dios”, es fundamental que ante el problema del suicidio abramos la mente y el corazón, además de estar conscientes que quienes han sido víctima del suicidio no están condenados, como equivocadamente se cree, porque quienes mueren de esa forma realmente estaban enfermos.
Así, añadió Mayte Herrera, el hecho de que la Iglesia de la Ciudad de México organice una misa dedicada a quienes murieron por suicidio es una muestra clara de que te puedes acercar a ella para pedirle ayuda y que no te van a rechazar, porque precisamente “tú te acercas a Dios que te acompaña en tu sufrimiento”, porque también Él sufrió.
“No están condenados. Estás viviendo una situación extremadamente dolorosa y en la fe puedes encontrar alivio y esta noticia de la misa en la Basílica hace evolucionar el corazón porque esto puede salvar vidas. Es una misa para los que ya murieron, pero cada vez que muere alguien por suicidio el impacto es grande.
“Entonces esta misa no va a ser necesariamente para los que perdieron la vida, sino que nos hace entender que la Iglesia está abriéndose a este tema, de que va a romper ese estigma de la condena y de que su acción es precisamente para preservar la vida, para que la gente se quite esos estigmas y pueda hablar del suicidio”, puntualizó.
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