La Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, sede litúrgica y corazón espiritual de la Arquidiócesis Primada de México. Especial
La Arquidiócesis Primada de México, protagonista de profundas transformaciones políticas, sociales y educativas en la historia del país, conmemora el 2 de septiembre de 2025 su 495 aniversario de erección, una fecha que invita a reflexionar sobre casi cinco siglos de presencia e influencia espiritual, cultural y pastoral en la Ciudad de México.
Como corazón espiritual de la Ciudad de México, la Arquidiócesis guía a los fieles en la evangelización, la educación en colegios y universidades católicas, la atención a los más necesitados, el cuidado de la casa común y la promoción de la dignidad humana, contribuyendo así al bienestar común. Su título de “Primada” refleja su relevancia histórica, territorial y pastoral, reafirmando su papel como referente de la vida cristiana en la capital del país y consolidando su legado de casi cinco siglos de historia.
Un ejemplo de su presencia pastoral es el Año Jubilar 2025, que lleva por lema “Peregrinos de la Esperanza”, y que se inauguró el 29 de diciembre de 2024 con la solemne apertura de la Puerta Jubilar en la Catedral Metropolitana, presidida por el Cardenal Carlos Aguiar Retes.
Esta ceremonia dio inicio a un tiempo de gracia y renovación espiritual para los fieles de la capital. Durante el año se celebraron diversos jubileos, como los de Abuelos y Adultos Mayores, Jóvenes, Familias, Niños, Comunicadores, Catequistas, Fuerzas Armadas, Vida Consagrada y Novios, entre otros, ofreciendo a los participantes la oportunidad de profundizar en su fe y recibir la indulgencia plenaria, una gracia especial concedida por el Papa.
Tras la llegada de los conquistadores españoles, la Iglesia católica envió misioneros a los territorios que formarían parte de la Nueva España. La primera diócesis fue la de Yucatán, de la que se desprendieron las diócesis de Yucatán y Tlaxcala; de esta última surgiría la Diócesis de México. Después de la caída de Tenochtitlan en 1521, los españoles consideraron Puebla como capital, pero el peso político y demográfico de la antigua ciudad los llevó a establecer la capital en México.
El emperador Carlos V otorgó tierras y recursos a la nueva diócesis, fortaleciendo su importancia. Dedicada a la Asunción de María, fue erigida el 2 de septiembre de 1530 mediante la bula Sacri Apostolatus del papa Clemente VII y elevada a Arquidiócesis el 12 de febrero de 1546. Su primer arzobispo fue fray Juan de Zumárraga, cuyos restos reposan en la Catedral Metropolitana.
En sus inicios abarcaba casi todo el territorio novohispano y parte de Centroamérica, y a lo largo de los siglos cedió territorio para la creación de nuevas diócesis. Hoy, la Arquidiócesis Primada de México tiene más de cinco millones de fieles, y sigue siendo una de las jurisdicciones eclesiásticas más grandes e influyentes del mundo.
Arquidiócesis se refiere a una Diócesis (territorio pastoral) de gran importancia histórica o poblacional, dirigida por un arzobispo y, a menudo, coordinadora de otras diócesis cercanas dentro de una provincia eclesiástica.
La Arquidiócesis Primada de México es una circunscripción eclesiástica que comprende una sección de la alcaldía Gustavo A. Madero y el territorio completo de las alcaldías Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Iztacalco, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Magdalena Contreras, Tlalpan y Cuajimalpa, en la Ciudad de México.
El cuidado pastoral de la Arquidiócesis corresponde al Arzobispo Cardenal Carlos Aguiar Retes, apoyado por seis Obispos Auxiliares: Mons. Francisco Javier Acero, Mons. Andrés Luis García Jasso, Mons. Luis Manuel Pérez Raygoza, Mons. Héctor Mario Pérez Villarreal, Mons. Carlos Enrique Samaniego López (quien recientemente fue nombrado obispo de la diócesis de Texcoco, cargo que asumirá en noviembre próximo) y Mons. Salvador González Morales, junto con el presbiterio.
En 2019, el Cardenal Carlos Aguiar Retes solicitó al Papa Francisco la creación de tres nuevas diócesis para mejorar la atención pastoral en las zonas más densamente pobladas de la Ciudad de México. Así surgieron las diócesis de Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco, que, junto con la Arquidiócesis Primada de México, conforman actualmente la Provincia Eclesiástica de México.
La Arquidiócesis de México se organiza actualmente en ocho zonas pastorales, cada una dirigida por un vicario episcopal que representa al Arzobispo en la atención de los fieles de su territorio. Cada zona está formada por parroquias agrupadas en decanatos —conjuntos de parroquias organizados para facilitar la coordinación pastoral— y abarca las distintas áreas geográficas y demográficas de la Ciudad de México. Estas divisiones administrativas buscan ofrecer una atención pastoral más cercana y eficiente, al mismo tiempo que facilitan la misión de anunciar el Evangelio y llegar a todas las periferias de la Arquidiócesis.
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