A partir del 13 de junio de 2024 cinco nuevos presbíteros o sacerdotes se integrarán a la Arquidiócesis Primada de México, luego de que el Cardenal Carlos Aguiar Retes presida la Santa Misa Solemne de ordenación que se realizará en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.
Previo a que se celebren las ordenaciones presbiterales que encabezará el Arzobispo Primado de México, Desde la fe conversó con los próximos nuevos sacerdotes para conocer sus historias de vida y de fe, que a continuación te presentamos.
Para seguir la transmisión de la ordenación de los nuevos sacerdotes de la Arquidiócesis Primada de México, da clic en el siguiente enlace:
Tuvo un primer llamado de Dios que lo llevó a estudiar la preparatoria y posteriormente empezar a cursar Filosofía en el Seminario Diocesano de Mérida, Yucatán. Pero ello no fue suficiente en ese momento para poder amar y entregar su vida a Nuestro Señor, por lo que decidió dejar su formación sacerdotal.
Luego de dejar el Seminario comenzó a trabajar. Pasado un tiempo recibió una invitación para asistir a escuchar unas catequesis para jóvenes y adultos. Ahí, recordó, se dio cuenta de que “Dios me amaba profunda y gratuitamente. Que el plan que tenía Él para mi vida no había caducado. Él permanecía fiel en medio de mi infidelidad y dureza de corazón. Había ido a buscarme a donde yo pensaba que nunca llegaría: a mi sinsentido y soledad”.
Pese a ese nuevo toque, aún se resistió a aceptarlo durante algún tiempo más. Sin embargo, en un encuentro de jóvenes, sintió el llamado a la vocación presbiteral, el cual ya no pudo eludir. Así fue como llegó al Seminario Redemptoris Mater, de la Ciudad de México.
Está seguro de que su llamado es una muestra de cómo el Señor lo sacó de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas de su egoísmo y cerrazón, para conducirlo a la luz de su Amor gratuito y sobreabundante.
“Necesitaba a un amor grande, sobreabundante, fiel y que sostuviera mi vida de manera totalmente gratuita; que diera un verdadero sentido al sufrimiento que veía, y a mi propio sufrimiento y soledad”, explicó.
Una crisis existencial juvenil ocasionada por una ruptura sentimental dejó su vida a la deriva, pero en un momento de fe e inspiración divina una noche decidió buscar respuestas en el Evangelio y así, sin más abrió sus páginas al azar y se encontró con una narración que de alguna manera reflejaba su vida.
El pasaje que encontró en las páginas del Nuevo Testamento correspondía al pasaje de la tempestad calmada, en el que se narra que mientras Cristo dormía en la barca durante la tempestad, los discípulos llenos de miedo intentaban despertarlo para que los salvara. Había una tempestad, pero Cristo estaba presente. “Esa era la descripción de mi vida”.
En ese tiempo, recordó el joven originario de Italia, lo invitaron a un encuentro juvenil en España durante el cual se anunció el Kerygma, esto es el anuncio del amor de Dios. “Esa vez me sentí alcanzado por aquel mismo amor. Era la Pascua, la resurrección de los muertos. En ese momento entendí que Dios me estaba llamando”, rememoró.
Ese fue el inicio del camino que lo llevó al Seminario Redemptoris Mater, en la Ciudad de México, y que luego de ser ordenado diácono y ejercer como tal durante un año, en los próximos días será ordenado sacerdote. “He conocido a un Dios fiel que no defrauda. Que está presente en cada una de mis crisis y miedos”.
Los retos a los que Dios lo enfrentó desde pequeño, a los 6 años, fueron muy grandes, primero la muerte de su padre, que provocó que su familia colapsara y que, entre otras consecuencias, ocasionara que sus hermanos mayores sucumbieran ante el alcoholismo y la drogadicción.
Pese a la adversidad, su madre mantuvo la fe en todo momento y con tesón, valentía y amor logró sacarlos adelante. “Pensamos que Dios nos había dado la espalda, dejamos de creer, pero en medio de este escenario tan difícil tuve mi primer testimonio de amor: el de mi mamá que con incansable esfuerzo e inquebrantable valentía nos sacó adelante y nos acercó de nueva cuenta a Dios”.
Hubo un momento que marcó su futuro y que jamás lo olvidará. Cuando entró a la secundaria, su mamá tuvo “la gran idea de llevarlo a la Basílica de Guadalupe para acercarnos a Dios”. Ahí le cautivó la gran cantidad de peregrinos que se acercaban hasta ese lugar.
Pero sobre todo lo que veía en el Templo Mariano del Tepeyac, le llamó la atención una persona: el sacerdote, quien con sus palabras, presencia y acciones era capaz de lograr que esa multitud recobrara la esperanza. Esa figura fue fundamental y sin dudarlo se incorporó al grupo de lectores de la Basílica de Guadalupe, comenzó a ayudar en el altar y después se integró a la pastoral indígena.
“Ahí me di cuenta que no había otra cosa que me produjera esa paz y pasión que servir a mis hermanos. Fue de esa forma que sentí el llamado y decidí seguir a Dios”, contó.
El vivir cerca de la Basílica de Guadalupe fue fundamental para que encontrara su vocación, ya que esa cercanía ocasionó que creciera en él un gusto muy especial por las imágenes de la Virgen de Guadalupe, lo que considera que fue una señal de lo que Dios deseaba: “El Señor siempre me atrajo hacia él, a través de las cosas sagradas y la Iglesia”.
Pese a esa fascinación de Nuestra Santísima Madre, en la adolescencia se alejó de la Iglesia, sin embargo, recompuso el camino y a los 17 años entró al grupo juvenil de su parroquia y se enamoró del servicio por las almas, por lo que comenzó a colaborar en diferentes equipos, como los de Liturgia y de Jóvenes, además de que trabajó en varios proyectos.
A los 18 años hizo un primer intento para entrar al Seminario, pero no pudo hacerlo. Así que decidió realizar sus estudios profesionales y logró graduarse como licenciado en economía. Pero eso no era suficiente, tiempo después, en un segundo intento, logró entrar al Seminario y con ello “responder con alegría al llamado del Señor”.
Hoy hace un llamado a los jóvenes para quitarse los prejuicios y dejar de pensar que la Iglesia oprime y reprime. “Conozcan a otros jóvenes que quieren encontrar el sentido de la vida y que a veces lo buscan en las redes sociales o en los pasatiempos. Pero tengan presente que el sentido propio de la vida solo lo vamos a encontrar en Cristo”, afirmó.
Originario de la comunidad de Santa Lucía, en la Alcandía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, reconoce que su familia, en especial sus padres y su abuelita, fue fundamental para acercarse y adherirse firmemente a la Iglesia.
Aseveró que la influencia de su abuelita fue el factor que detonó en él su amor por Dios, lo que hizo que naciera su vocación y en el momento en que recibió el llamado de Nuestro Señor lo aceptara con agrado y felicidad.
Al ingresar en el Seminario fue descubriendo día a día la felicidad que le daba el poder formarse como sacerdote a fin de consagrarse a la vida pastoral de la Iglesia y acercar el Evangelio y la palabra de Dios a los fieles por medio del servicio y la caridad.
El 13 de junio de 2024, a las 12:00 horas, se llevará a cabo la ordenación de los 5 nuevos sacerdotes o presbíteros que tendrá la Arquidiócesis Primada de México, durante la Santa Misa Solemne que presidirá el Cardenal Carlos Aguiar Retes en la Basílica de Guadalupe.
No te pierdas esta emotiva ceremonia solemne de la que saldrán los 5 sacerdotes que se integrarán a las labores pastorales que realiza la Arquidiócesis de México.
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