Mons. Avilés dijo que aún hay persecución contra los sacerdotes, se está repitiendo lo que ocurrió en 1980, la diferencia dijo con ese periodo es que entonces había una guerra, un bloqueo económico, hoy no hay guerra, no hay condiciones. El gobierno sigue como en 1980 tratando de manipular e instrumentalizar a la Iglesia.
Dialogo para alcanzar la paz
La Iglesia siempre va a optar por la palabra, por el diálogo, jamás se va a cerrar, siempre estará invocando hablar como seres racionales, como seres pensantes. No se puede llegar nunca al uso de la violencia e instar la violencia. Por eso la Iglesia se mantiene con esta actitud de llamar al diálogo, de llamar a las conciencias, como el último mensaje que enviamos, hacíamos un llamado a la conciencia a todas las partes del gobierno. a quien tiene la responsabilidad de decidir, en la policía, a fin de que tomen conciencia, para que reflexionen sobre el mandamiento no matarás. Esta por sobre todas las cosas.
La Iglesia siempre va a confiar en el diálogo de la palabra, es el modo más racional, la violencia nunca será una salida, y estaremos siempre del lado del más pobre, del más necesitado, del pueblo, que es el que está sufriendo, tiene muertos, encarcelados injustamente, desaparecidos. La Iglesia siempre estará del lado del pueblo, apoyándolo, ayudándolo, con un pacifismo radical y un humanismo radical. Ayudando a toda persona que se acerque a nuestros templos, ayudándole y ofreciéndole todo lo que se pueda.
Sentimiento de frustración
La colega le preguntó al obispo que siente cuando ve imágenes de sacerdotes agredidos. En primer lugar, dijo, una gran unidad, muchos de esos sacerdotes son como sus hijos, pues fue director del seminario, fueron sus alumnos. Me siento frustrado y una comunión, añadió y calma cuando pasan los momentos trágicos, y no hay muertos o frustración cuando no puedes hacer nada por evitarlo.
A diferencia de otros momentos críticos del país, esta vez la población no está polarizada, ante los crímenes y los muertos que hay se busca el bien y la paz. La gran mayoría de la población busca la justicia, la verdad y la paz, el cese de la violencia. Esto ha unificado a las personas.
Desde hace dos semanas momentos de oración y ayuno
El país está en un momento de ayuno, pidiendo la paz, desde hace dos semanas católicos y muchos hermanos no católicos están en oración, haciendo adoración, ayuno, consagración a María Santísima y renovación de las promesas bautismales en la Misa de Domingo. Todo eso pedido por la Conferencia Episcopal de Nicaragua, en su última carta. El pueblo católico no ha dejado de rezar el Rosario durante estos 100 días.
Esta crisis como la definió el cardenal Leopoldo Brenes, es más sangrienta que la que ocurrió en 1980, es peor que una guerra, porque en una guerra las condiciones ya están dadas, aquí no, dijo Mons. Avilés, de una protesta pacífica partió una represión gubernamental policial, y lo más grave, encapuchados con armas de guerra que arrestan a personas coordinados por la policía, esto dijo el purpurado es peor que una guerra.
Golpistas sólo porque asiste a quien huye de la muerte
Ortega nos ha acusado de ser golpistas, sólo porque hemos ayudado al pueblo. Como sacerdote veo mis feligreses que de una manifestación salen maltrechos, y está huyendo, les abro las puertas de mi Iglesia, les ofrezco mi ayuda, esto es lo más elemental que cualquier persona hace abrir su casa y atender a quien lo necesita. El clero actúa con el mayor pacifismo radical y orar por quienes nos persiguen, sin olvidar la búsqueda de la verdad y la justicia.
“El clero no ha alentado la violencia, ni las armas, es falso lo que dicen que hemos ocultado armas. Y mucho menos lo que dicen que hay sacerdotes torturadores. Todas calumnias de Ortega. La Iglesia da ayuda a quien necesite protección, y eso pasó en Diriamba, en Jinotepe. La Catedral igual”.
Mons Avilés hace parte de la Comisión de Verificación y Seguridad, y el trabajo que propusieron al gobierno es sencillo:
1. Cese de toda violencia de cualquiera de las partes
2. Desarmar a los paramilitares, para evitar que salgan a las calles las armas civiles
3. Eliminación de los tranques y barricadas (ya no están). La policía ya limpió las calles de cualquier barricada.
4. Evitar tomas de tierras. acción impulsada por el gobierno, para distraer la concentración del problema en sí.
Pero como dijo el prelado, la violencia no ha cesado, las armas siguen en las calles por parte de paramilitares.
Estancado el proceso de paz
El proceso de paz detenido porque no hay voluntad de parte del gobierno. Lo más difícil para Mons. Avilés ha sido asistir en los corredores humanitarios. En la Iglesia de la Divina Misericordia, al sacar a los 23 heridos. O cuando atacaron al Nuncio, a los 160 universitarios.
El aspecto político se ha suspendido y no se ha reiniciado, el desarme y el cese de la violencia tampoco. La crisis ha afectado la labor pastoral, el sínodo arquidiocesano se estaba desarrollando en las noches y por la zozobra se ha detenido. Hasta las misas lo más tarde que las oficiamos son las cinco de la tarde.
El diálogo se ha detenido, debido a la falta de voluntad del gobierno, dijo el prelado, desde el comienzo los obispos cuando tuvieron la oportunidad de sentarse a la mesa, dieron condiciones para alcanzar la paz. Pero sin la voluntad de parte del gobierno para resolver la crisis es difícil. El gobierno no quiere abordar el tema político, no quiere ver que el pueblo quiere un cambio, un nuevo gobierno. Entonces está estancando. El diálogo lo debe continuar el gobierno la oposición y la Iglesia, sin asesoría internacional. Los obispos han recibido respaldo en esa línea, el Papa Francisco, dijo por último mons. Avilés, nos apoya en esa ruta del diálogo. El pueblo nos anima a seguir adelante.
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