Las autoridades italianas se encuentran en plena investigación del robo de unas reliquias con sangre del Papa San Juan Pablo II en el santuario de Montecastello, al norte del país.
Según la agencia Efe, las reliquias fueron robadas junto a fragmentos de hueso del beato Jerzy Popieluszko, el sacerdote presbítero polaco asesinado en 1984, y que se encontraban situadas en el altar mayor.
El suceso ocurrió hace una semana, aunque la noticia fue comunicada hoy. Según las primeras investigaciones, los ladrones se habrían hecho pasar por turistas y tomaron las reliquias antes de que el santuario cerrase.
El párroco del Santuario, Giuseppe Mattanza, afirmó a Efe que se trata de un “acto muy serio” y ha pedido a los ladrones que las devuelvan.
Como en otros muchos casos, las reliquias del Papa y del beato Popieluszko fueron donadas al santuario en 2014 por el Arzobispo emérito de Cracovia, el Cardenal Stanislao Dziwisz, quien fuera secretario personal del Pontífice.
El Padre Popieluszko nació el 14 de septiembre de 1947. El régimen comunista tramó un accidente automovilístico para asesinarlo el 13 de octubre de 1984, pero logró escapar con vida. El plan alternativo era el secuestro y éste se realizó una semana después, el 19, siendo golpeado por tres oficiales. Todavía con vida, fue lanzado al interior del Reservorio del río Vístula, atándole un saco con piedras en su interior para que su cuerpo no flotara. Sus restos fueron recuperados el 30 de octubre.
Las noticias del asesinato político causaron una conmoción en toda Polonia y los asesinos y uno de sus superiores fueron condenados por el crimen.
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