La Pontificia Comisión para la Protección de los Menores se siente alentada por la Carta al Pueblo de Dios publicada el lunes por el Papa Francisco. Con un comunicado la PCPM agradece al Santo Padre por sus firmes palabras que reconocen el dolor y el sufrimiento soportado por las personas que han sufrido abusos sexuales, de poder y de conciencia perpetrados por algunos miembros de la Iglesia, en su Carta al Pueblo de Dios, publicada ayer.
“Estamos siempre en deuda con el coraje profético y la resistencia de muchos hombres y mujeres cuyo clamor fue más poderoso que todas las medidas destinadas a silenciarlo”, escriben, y expresan que los miembros de la Comisión se sienten apoyados por el llamamiento del Santo Padre a los líderes de la Iglesia para que apliquen la tolerancia cero y las formas de hacer que todos aquellos que perpetran o encubren estos crímenes rindan cuentas. La Carta del Papa Francisco – prosiguen- refuerza el mensaje de la PCPM de que la tolerancia cero y la rendición de cuentas son un prerrequisito para salvaguardar a las personas vulnerables del abuso, ahora y en el futuro.
Hay conexión entre abusos sexuales, de poder y de conciencia
En la misma declaración la profesora Myriam Wijlens, miembro de la Comisión, destaca tres aspectos del mensaje del Santo Padre: primero, que el Papa Francisco expresa claramente una conexión entre el abuso sexual, el abuso de poder y el abuso de conciencia. “Él verbaliza lo que muchos no quieren ver conectado”. En segundo lugar, que el Papa menciona dos niveles de abuso de poder: hay quienes utilizan su posición para abusar sexualmente de menores y adultos vulnerables y hay quienes ocupan puestos de liderazgo que abusan de su poder para encubrirlo. Y en tercer lugar, que el Pontífice admite que “nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado”. Una respuesta con visión de futuro implica – dice la profesora- un cambio radical de cultura en el que la seguridad de los niños goce de la máxima prioridad.
Se debe proceder rápidamente, no hay tiempo que perder
Antes de esta declaración, el 16 de agosto pasado tras la publicación del informe del Gran Jurado de Pensilvania sobre los abusos, el cardenal Sean Patrick O’Malley, Arzobispo de Boston y Presidente de la Comisión, se refirió a las “acciones inmediatas que podemos – dijo – y debemos hacer”. “El tiempo corre para todos nosotros que tenemos un liderazgo de la Iglesia”, aseveró el purpurado, subrayando que la actual crisis “es producto de pecados y fallas clericales” y manifestando la necesidad de la ayuda de los laicos para enfrentar este flagelo en la Iglesia y en el pueblo. “Debemos proceder rápidamente y con un propósito. No hay tiempo que perder”, aseguró.
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