Sofía Lobos- Ciudad del Vaticano
A pesar de la disminución del índice del paro en España y la fuerte mejora del empleo, la inequidad social no se recupera con la misma intensidad que caracterizó la salida de las recesiones económicas anteriores.
“Diez años después de la primera embestida de la crisis económica en este país, sus efectos dejan una estructura social diferente, una sociedad con una integración social más débil y una exclusión social aumentada”, así lo anuncia Cáritas, al constatar que 8,6 millones de personas padecen exclusión social en España, es decir 1,2 millones más que en 2007, según los datos de la encuesta de la Fundación FOESA –realizada en 11.500 hogares de las 17 comunidades autónomas– y publicada el 26 de septiembre en la sede central de Cáritas, en Madrid.
“Esta es la factura que nuestra sociedad ha pagado tras una crisis de 6 años y otros 4 de recuperación”, señalan los expertos a la luz de la encuesta – presentada por Jesús Fernández, obispo responsable de Cáritas; Manuel Bretón, presidente de Cáritas; Natalia Peiro, secretaria general; y Raúl Flores, coordinador de Estudios de la organización–, la cual muestra la existencia de “una recuperación a dos velocidades, que provoca un mayor distanciamiento entre los que viven una participan social integrada y quienes transitan por los espacios más alejados de la exclusión”.
“Hemos recuperado los niveles en cuanto a integración social, pero no en cuanto a exclusión social”, señaló Flores, quien también confirmó que la recuperación de la crisis no está llegando a las personas en situación de exclusión severa:
“Seis millones viven tan al día que cualquier empeoramiento de indicador económico hacen que sus posibilidades de caer en la exclusión sean muy altas”, añadió.
Asimismo, Cáritas reconoce que la mitad de la población “disfruta de integración plena y no se encuentra afectada por ningún riesgo de vulnerabilidad social”, así como que “la integración plena ha aumentado del 34% al 48% en 2018, lo que significa una mejora del 42%”, igualando la situación en 2007.
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Sin embargo, la organización hace hincapié en que las medidas adoptadas hasta el momento, no son suficientes.
“Una vez recuperada la senda del crecimiento económico –señalan–, se confiaba en que la gran cantidad de empleo que se está creando tendría suficiente impacto sobre las situaciones de vulnerabilidad descritas, pero no está teniendo el efecto deseado ya que la calidad del empleo es insuficiente para cubrir las necesidades de los hogares”, declaró Flores.
Además, las administraciones públicas tampoco están respondiendo con políticas sociales adecuadas.
“Asistimos -señala el avance del estudio FOESSA– a una protección social insuficiente, pero ahora en época de bonanza económica. La reducción de la tasa de cobertura ha pasado del 74% en 2008 al 56% actual”.
“Diez años después de la crisis, hay un 18% de población que vive en situación de exclusión y volvemos a no querer verles, a esconderlos en las cifras de la recuperación. Sube la gravedad de las personas que acude a nosotros, mostrando una sociedad desligada, con poca empatía hacia las personas que viven en situación de pobreza”, aseguró por su parte Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas.
A pesar de estos datos, la solidaridad del pueblo Español sigue existiendo y poniéndose en práctica de manera concreta y comprometida.
Así lo señaló, Mons. Jesús Fernández, obispo auxiliar de Santiago de Compostela y responsable de Cáritas en la Comisión Episcopal de Pastoral Social hablando sobre el trabajo que realizan los 84.000 voluntarios de Cáritas repartidos por las 6.000 Cáritas parroquiales en las 70 diócesis; así como la gran labor de los 5.000 contratados.
“Hoy vivimos en la cultura de la sospecha que lleva a maliciar que detrás de la pobreza hay una manera de vida fraudulenta, lo que nos conduce a una indiferencia ante la lamentable situación que está viviendo una parte de la humanidad, sin olvidar la indiferencia ante Dios, de la cual brota la indiferencia ante el prójimo y lo creado, como dice el papa Francisco”, señaló.
El prelado, también indicó que está más de moda “mirar desde la rendija o el visillo del balcón que salir a la calle y cooperar” y por ello invitó a “poner todos los medios para crear comunidades que sean sacramento del amor de Dios y compartir lo que tiene al servicio de los hermanos para la transformación del mundo”.
Igualmente, Manuel Bretón, presidente de Cáritas, señaló que la institución eclesial conforma hoy “la mayor red, extensa y tupida, de acogida a las personas que hay en nuestro país”, ofreciendo “un servicio solidario y comprometido, clara plasmación del mensajes del Evangelio en nuestro día a día”.
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