En 1968 un grupo de estudiantes universitarios de Roma decidió poner en práctica los preceptos derivados del Concilio Vaticano II, que pedía a los laicos tomar la responsabilidad de vivir el Evangelio de formas concretas; surgió así la llamada Comunidad de Sant’Egidio, a la que, dos décadas más tarde, la Iglesia salvadoreña debe la postulación de la causa de canonización de Monseñor Óscar Romero.
Giovanny Impagliazzo, encargado para América Latina de dicha Comunidad hoy presente en 70 países, explica a Desde la fe que si bien esos universitarios italianos no tenían recursos, había dos cosas que sabían hacer muy bien: leer y escribir, así que decidieron ponerlas en práctica para ayudar a niños de las periferias romanas, cuyas familias, procedentes del sur de Italia habían instalado sus casas de lámina sobre ruinas o acueductos abandonados. “El propósito era evitar que esos niños vivieran la misma situación de ignorancia y aislamiento que sus padres; pero al tiempo los instruían en la fe, pues en las periferias no se habían construido parroquias”, refiere.
Su labor incluyó también auxiliar a ancianos y migrantes. “En la década de los 80, la Comunidad empezó a extenderse a otras naciones –refiere–, iniciando por El Salvador, pues a raíz del asesinato de Mons. Romero, la Comunidad comenzó a interesarse en el país centroamericano. La Arquidiócesis de El Salvador fue viéndola como una instancia capaz de responder al ideal de Monseñor de promover la paz, la reconstrucción nacional, la unidad social y la propagación de la fe, por lo cual en 1996 decidió confiarle el proceso de canonización, que quedó en manos del Obispo Vincenzo Paglia, perteneciente a la Comunidad de Sant’Egidio”.
Finalmente, después de casi 20 años de esfuerzos por parte de Mons. Vincenzo Paglia, el 23 de mayo de 2015 el Papa Francisco lo beatificó en San Salvador y este domingo lo canoniza. La Comunidad ha acompañado esta canonización e incluso durante la beatificación asumió todos los gastos para evitar que la Iglesia de El Salvador pagara, de acuerdo con información publicada en su sitio web.
“El hecho de que el Papa Francisco haya decidido canonizarlo junto con Pablo VI, en estos días en que se está llevando a cabo en Roma el Sínodo, es para la Comunidad de Sant’Egidio una cosa fantástica, pues ofrece a todos los obispos presentes la imagen de dos pastores extraordinarios”, explica.
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