Escuchar el grito de los migrantes

 El dinero que alimenta la trata de las personas está «manchado de sangre». El Papa Francisco no usa medios términos y, con el habitual mensaje de vídeo mensual, colgado en la página www.thepopevideo.org, confía para febrero una intención especial a su Red mundial de oración: «Escuchar el grito de los migrantes». Son, de hecho, estos, explica el Pontífice, quienes a menudo son «víctimas del tráfico y de la trata de personas», la plaga planetaria que se difunde también «por la corrupción de los que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de enriquecerse».

Pero ese dinero, acusa Francisco, «el dinero de sus negocios, son negocios sucios, mañosos, es dinero manchado de sangre. No exagero: es dinero manchado de sangre». En el vídeo, estas palabras se traducen significativamente en una escena en la que dos personas se intercambian un maletín lleno de billetes. Son particulares, están marcados como  “Dirty money” (dinero sucio), y se caracterizan por llevar trágicas representaciones: las imágenes de niños esclavizados, de barcas de migrantes, de mujeres obligadas a la prostitución. «Recemos —es el sentido llamamiento del Pontífice— para que el clamor de los hermanos migrantes víctimas del tráfico criminal y de la trata sea escuchado y considerado». El vídeo se suma a las iniciativas para la próxima Jornada mundial de oración y reflexión contra la trata de personas.  Promovida por la red Talitha Kum, y que se llevó a cabo el 8 de febrero.

El vídeo ha sido preparado por la agencia La Machi, que se ha ocupado de la producción y la distribución, en colaboración con  Vatican Media, que se ha encargado de la grabación, y con la sección Migrantes y refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo humano integral.