Marcel LeJeune
Muchos van a Misa con la expectativa de sacar provecho de ella, pero lo que se obtiene en la Eucaristía depende de qué tipo de cambio se está dispuesto a hacer antes, durante y después de la celebración, porque lo que se pone en la Misa determina lo que se obtiene de ella. Permítanme que les dé alguna sugerencia que me ha ayudado a sacar más provecho de la Misa. Aquí hay ocho rápidas indicaciones:
1. Prepárate adecuadamente para la Misa
• Lee y estudia las lecturas antes de ir a Misa, y escucha con atención cuando se proclama la Palabra.
• Estudia las enseñanzas de la Iglesia. Cuanto más conozcas a Jesús y a su Iglesia, más la amarás. No se puede amar lo que no se conoce.
• Confiésate regularmente. Esto te ayudará a prepararte espiritualmente.
• Reza cada día. ¡Sin oración no tienes poder espiritual!
• Vístete de manera apropiada. Vas a encontrar al Rey de Reyes. No te vistas como si fueras a una cita a comer, a la calle o a clase. Es una ocasión especial.
• Llega a tiempo y siéntate delante. Menos distracciones y más tiempo para la oración antes de la Misa.
• Una vez en la Iglesia, no hables y no mires a las personas. Reza.
2. Ten una actitud adecuada
• No esperes algo divertido. Estás allí para ofrecer a Dios adoración y recibir la gracia.
• Busca a Dios en cada momento de la Misa.
• No permitas que las distracciones externas turben tu paz interior.
• Encuentra en la predicación una información preciosa para llevarte a casa
3. Participa plenamente
• Canta aunque desafines.
• Responde a las plegarias y reza con ganas. Da todo a Dios y no te preocupes de los demás.
• Recuerda que la Misa no es momento para las relaciones sociales.
• Ofrece a Dios tu dolor y tu sufrimiento, tu alegría y tus oraciones.
4. Escucha la Palabra de Dios, y déjale que te cambie
• ¿Estás abierto a la posibilidad de que Dios te cambie? Si no lo estás, no cambiarás.
• Escucha la Palabra que se proclama, y déjala que te desafíe.
• Encuentra un consejo de la homilía para aplicar durante la semana.
5. Conoce, comprende y proclama tu fe
• No te limites a recitar el Credo, proclámalo comprendiendo lo que dices.
6. Da el diezmo.
• Si cada católico diera el diezmo, piensa en todo lo que se podría hacer.
• Sí, es nuestro deber sostener a la Iglesia, pero más por nuestra fe que por la Iglesia.
• La mayor parte de la gente da una “propina”, no el “diezmo”.
• Ofrecer el diezmo nos ayuda a ordenar correctamente los dones que Dios nos ha dado.
7. Cuando recibes a Jesús en la Eucaristía, entiende lo que estás haciendo
• Estás asumiendo el Cuerpo, la Sangre, el alma y la divinidad de DIOS.
• Te estás uniendo al cielo en la tierra.
• Te estás haciendo una cosa sola con el Cuerpo de Cristo.
• Ten mucho respeto.
• Comprende que Él está en todos los que le hayan recibido.
8. Habla a los demás de Él
• Ahora tienes el poder de evangelizar (compartir la Buena Noticia de Cristo), que es el motivo por el que existe la Iglesia.
Fuente: Con información de Aleteia
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