De camino hacia la reconciliación de la orden

• Fray Néstor Wer, Presidente de la Coframex, señala que la Familia Franciscana está llamada a alcanzar la unidad y a trabajar por México como una sola fraternidad evangélica.

 

DLF Redacción

 

Vivir la reconciliación auténtica y profunda entre sus miembros, es el compromiso que establecieron todas las obediencias de la Orden Franciscana en México, incluidas las Hermanas Franciscanas de Jesús Crucificado, las Misioneras Franciscanas de Guadalupe, las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción y las Hermanas Misioneras Franciscanas de Nuestra Señora de la Paz. Esta ruta de concordia fue trazada en el marco de la Asamblea 2018 de la Conferencia Francisana de México (Coframex), en virtud del llamado a la unidad que el Papa Francisco realizara a la orden en 2013, durante una visita que los Ministros Generales le hicieron en la Basílica de San Francisco de Asís, Italia.

Sobre la importancia de esta Asamblea 2018, llevada a cabo del 18 al 20 de junio, habla para Desde la fe fray Néstor Wer, Presidente de la Coframex, quien, en un primer momento, asegura que los elementos que históricamente han generado división en la Orden Franciscana –misma que se divide en tres ramas: masculina, femenina contemplativa y laicos– han tenido que ver con la fidelidad a las reglas de los fundadores y la vivencia de la auténtica pobreza, considerando que el carisma fundacional de Francisco y Clara de Asís se resume en observar el santo Evangelio de Jesús viviendo en obediencia, sin nada propio, y en castidad.

Explica que, en atención al llamado del Santo Padre, la Familia Franciscana en México se ha comprometido a vivir una auténtica reconciliación, que le abra el camino para poder testimoniar con mayor fuerza y esplendor el carisma heredado por Francisco y Clara de Asís. “Entre los retos –explica– está el conocernos y apreciarnos como Familia Franciscana, conscientes de que compartimos una única vocación y misión; fortalecer los lazos que tenemos en común para trabajar juntos; revalorizar el papel de la Orden Franciscana Seglar (tercera), asignándole los mismos derechos y obligaciones; profundizar en nuestro carisma dejando de lado cualquier sentimiento de superioridad histórica, y mirar posibles caminos de trabajo conjunto, lo que implica renunciar a los proyectos propios”.

Fray Néstor Wer señala que de la Asamblea 2018 hay tres cosas que le han dejado muy satisfecho: “La primera ha sido ver reunida a la Familia Franciscana de México, construyendo puentes que nos lleven hacia la unidad; la segunda, sentir que estamos en la misma sintonía pastoral, preocupados por la situación del país, en la búsqueda de poder caminar con nuestra gente; y la tercera, experimentar el gozo de nuestra vocación. Nuestra asamblea fue una gran oportunidad para dar gracias a Dios por nuestro carisma recibido”.

Afirma que la Familia Franciscana desea discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, los múltiples signos de los tiempos, y valorarlos, a fin de que la dignidad de la persona sea reconocida, y el bien común alcanzado. “Hoy, los franciscanos vemos y vivimos nuestra realidad con dolor, conociendo y experimentando el sufrimiento que provoca la violencia en nuestro país; los cientos de miles de víctimas de la inseguridad son para nosotros una interpelación a nuestra vocación franciscano-clareana. Desde esta vivencia de fe, y unidos como hermanos de una misma familia, queremos proclamar el 2018 como un Año por la Paz en México, iniciando un camino de oración y penitencia, de memoria, de reflexión y sobre todo, de acción”.

Finalmente, el Presidente de Coframex considera que el tema de la unidad atañe a todos los miembros de la Conferencia Franciscana, quienes además, como fraternidad evangélica, están llamados a trabajar juntos por el bien de México, concretamente en los temas de la paz, la migración y los jóvenes.

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A nivel mundial la orden tiene aproximadamente 30 mil integrantes en la Primera Orden, 20 mil en la Segunda y 300 mil en la Tercera.

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En México se estiman unos 2 mil 300 integrantes en la primera orden, 2 mil 500 en la segunda y 17 mil en la tercera.

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