Mons. Salvador Martínez
Comentaremos sobre el proceso de dominación romana de Palestina y el modo de cobrar impuestos en favor del César concluyendo con la forma en que Jesús resolvió la trampa que le plantearon.
La primera aparición del nombre de los romanos en el contexto político de Palestina es posterior al año 165 antes de Cristo. Judas Macabeo, continuador de la insurrección en contra de las prescripciones de Antíoco Cuarto Epífanes hizo una alianza con los romanos (cfr. 1Macabeos 8). La intervención de esta joven república tuvo buenas consecuencias para detener a los reyes seleucidas (griegos). Pero fue hasta el año 63 antes de Cristo que los romanos pusieron totalmente el pie sobre el corazón del territorio judío, se trataba de Pompeyo. A partir de aquel momento Judea quedó bajo el mandato de los romanos pero en un estatuto totalmente especial ya que recordaban ser aliados desde hacía un siglo. Los romanos desarrollaban la estrategia de tomar como rehenes y ofrecer educación a los hijos de los gobernantes vencidos, así es como el joven hijo de Antípatro el Idumeo, llamado Herodes fue educado por los romanos y posteriormente, ganándose toda su confianza se convirtió en Herodes el Grande rey de los judíos. Él gobernó Palestina desde el 37 hasta el 4 antes de Cristo teniendo como sede Jerusalén. La sucesión de Herodes no recayó sobre una sola persona sino sobre cuatro personas, por eso los romanos ya no les dieron el título de reyes sino de “tetrarcas” (el que encabeza una cuarta parte). Para el inicio de cobro de tributos o impuestos en esta región Cirino, gobernador de Siria, mandó hacer un censo que es el censo mencionado en el evangelio de San Lucas. Los cuatro sucesores de Herodes el grande fueron bastante incapaces, por ello el gobierno de la capital judía se puso en manos de romanos, así es como durante la pasión de Nuestro Señor gobernaba Poncio Pilatos. Los impuestos romanos para las provincias romanas en la época que nos interesa, era de dos tipos, los impuestos territoriales (Tributum Soldi) y los impuestos por persona (Tributum Capitis). El tributo personal se determinaba de acuerdo al monto de los bienes y el dinero de la persona y obligaba a todo hombre y mujer a partir de los doce años. Por otra parte también se cobraban peajes, ahora derechos aduanales, por transitar, trasladar granos o pastar animales en sus dominios. El cobro de impuestos en Palestina fue siempre un asunto muy vinculado a la sedición, se conoce que en los primeros años de nuestra era, después del censo de Cirino hubo dos levantamientos contra el cobro de impuestos, el liderado por Judas Galileo y otro liderado por Saddoq el fariseo. La respuesta que dio Jesús a sus oponentes no dejó lugar a dudas de que Jesús no podría ser acusado de sedición, el Señor no pone el acento en el derecho del cobro de impuestos para Roma. El César tiene derecho a lo suyo, pero no es el único soberano. Dios tiene sus derechos y se le deben brindar también.
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