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Cómo abordar el tema del terremoto con los niños

María Fernanda Busqueta Mendoza

Durante y después del terremoto que azotó a la ciudad de México y estados aledaños, los niños estuvieron inevitablemente expuestos a diferentes estímulos aversivos, o bien, expuestos a la información de lo sucedido a través de las conversaciones de los adultos, la influencia de los medios de comunicación, el internet y la comunicación con sus pares.

A continuación les comparto información acerca de los factores principales que deben abordarse con los niños que han enfrentado un desastre natural, las reacciones y sentimientos comunes que pueden aparecer, así como diferentes maneras en como los adultos pueden apoyarlos:

 

Sentimiento de seguridad

Lo más importante es regresar a los niños el sentimiento de seguridad y protección, haciéndoles saber que a pesar de que las cosas malas ocurren, siempre habrá alguien que los ayudará a mantenerse seguros. Se deben facilitar ambientes seguros para los niños; ahí se deben sentir familiarizados, en confianza y protegidos. Los ambientes seguros incluyen la convivencia con personas conocidas, cercanas y que representen una fuente de seguridad y protección para los más pequeños. Se debe hacer un intento por regresar (en la medida de lo posible) a las rutinas y reglas que tenía el niño antes del evento traumático, o bien, irlas normalizando poco a poco, ya que ello le brinda normalidad y familiaridad.

 

Lenguaje para abordar el tema

Es muy importante considerar que si a los niños no se les brinda información acerca de un desastre natural o catástrofe que vivieron, escucharon o vieron en las noticias, éstos tomarán fragmentos de todo lo que ven y oyen, y construirán su propia versión de los hechos. Por ello, se debe brindar información concreta, honesta y acorde a la edad y etapa de desarrollo de los niños (no dar más información de la que soliciten o quieran saber, y evitar términos ambiguos o que puedan favorecer fantasías distorsionadas). En cuanto a las noticias y medios de comunicación, tomar en cuenta que además de informar, pueden llegar a confundir y alterar a los niños; si éstos llegaron a ver las noticias, resulta importante aclarar que lo que ven es algo grabado, ya que los niños, sobre todo los más pequeños, tienden a pensar que el evento sucede cada vez que lo ven en televisión.

 

Sentimientos y emociones

Los adultos deben ayudar a los niños a reconocer los diferentes sentimientos y sensaciones físicas que pudieran estar experimentando, respetarlos y validarlos diciéndoles que es normal sentirse de cierta manera (enojado, triste, confundido, temeroso, avergonzado, etc.), e incluso, compartiendo sus propios sentimientos como adultos acerca de lo sucedido o algún momento en que se sintieron de la misma forma. Si el niño sabe que el adulto con quien comparte sus sentimientos los respeta, valida y tolera, le dará confianza para expresar sus sentimientos Así mismo se debe evitar consolar al niño con frases poco realistas o empáticas como: “Todo estará bien”, “Ya no llores, ya pasó”, “Debes superarlo pronto”, etc., ya que lo anterior comunica que el adulto se siente incómodo con la expresión emocional de los niños y no sabe cómo manejar la misma. Por el contrario, se deben validar los sentimientos de angustia y preocupación, y reforzar los aspectos de seguridad que tiene a su alrededor.

Para favorecer la expresión emocional de los niños y adolescentes se recomienda tener un diálogo abierto acerca de lo ocurrido, pero sobre todo, a través del juego, música o arte; recordando que el juego es el lenguaje principal del niño, por medio del cual comunican sus emociones, temores, inquietudes y preocupaciones en un ambiente seguro, en el que sienten que son ellos quienes tienen el control.

 

Cómo hablar de la muerte con los niños

Para aquellos pequeños que sufrieron la pérdida de familiares o personas cercanas, se debe brindar esta información de forma honesta, concreta y adaptada a la edad y etapa de desarrollo del niño. La explicación se debe relacionar con el entendimiento concreto que tiene el niño acerca del funcionamiento del cuerpo y lo que sucede cuando éste resulta dañado y no es posible repararlo. Para lo anterior, es preciso abarcar 5 conceptos básicos para facilitar el entendimiento del niño: universalidad, inevitabilidad, causalidad, funcionalidad e  irreversibilidad de la muerte.

Finalmente les recomiendo la Conferencia de “¿Cómo hablar con los niños de la muerte?” que llevaremos a cabo el 11 de noviembre de 2017, de 10:00 a 11:30 horas, en Cenyeliztli. Aparta tu lugar llamado al 5536-1676.

 

Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México

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