María Teresa Magallanes*
La mayor parte de las veces, el anuncio de una vida humana que comienza a desarrollarse en el cuerpo de una mujer resulta toda una sorpresa. Para muchas y su pareja ésta resulta una noticia gozosa, algo procurado y esperado, a veces con cierta impaciencia. Hoy en día, son muchas las parejas que encuentran difícil lograr un embarazo.
Las causas son muy diversas, y la realidad es que se han duplicado el porcentaje de parejas en esta situación. Hoy, dos de cada diez parejas resultan estériles por diversas razones y, dos más son infértiles y requerirán atención especializada para tener hijos. Por otro lado, hay muchas parejas a quienes la noticia les llega en situación poco favorable y la reciben con gran preocupación. Muchas veces, a la mujer se le deja sola con el “problema”, cuando el embarazo es causado tanto por el hombre como por la mujer. En ocasiones, la mujer tampoco cuenta con el apoyo de su familia, ni de la sociedad.
En estos casos, cuando se trata de una joven que se encuentra en la etapa de formación escolar o profesional, es muy importante que se le ofrezcan soluciones de vida para que no tenga que interrumpir su formación.
El Estado aporta soluciones “fáciles” que ofrecen a la mujer liberarse del embarazo, sin tomar en cuenta la pérdida de una vida humana y la afectación física y psicológica de la madre. Esto es lo que ofrecen como solución un sector minoritario de la sociedad con apoyo del gobierno, lo que no implica una verdadera ayuda a la mujer.
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Sin embargo, hay muchas instituciones de la sociedad civil que ofrecen un verdadero apoyo para la mujer y su hijo(a). En dichas instituciones, las mujeres embarazadas en situación crítica reciben de forma gratuita una atención integral para ellas y su hijo(a): hospedaje y alimentación, atención médica y psicológica, capacitación para el trabajo para facilitar su inserción laboral y sostén económico después del nacimiento, así como la mejor manera de atender a su bebé durante la primera etapa de desarrollo.
La maternidad no es un estorbo en el desarrollo de la mujer; por el contrario, es un campo de desarrollo de multitud de capacidades, esto visto desde el punto de vista individual, y mejor aún cuando se logra la corresponsabilidad y el apoyo del padre. Además, a nivel social, la maternidad/paternidad es un servicio insustituible en la formación de una comunidad próspera.
Las madres y padres que reciben a sus hijos, los educan y forman en ellos a hombres y mujeres íntegros, tendrán en ellos el mejor apoyo en las últimas etapas de la vida, verán a sus nietos y disfrutarán de ellos como un regalo.
La autora es directora de Contenidos de Red Familia, coalición de organizaciones de la sociedad civil que busca el desarrollo integral de la persona y de la sociedad desde una perspectiva de familia.
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