P. Sergio G. Román
Sólo Dios es santo
“Santo eres, Señor, y fuente de toda santidad”, le decimos a Dios en la Misa. Dios es el único santo. Es decir, el único ser perfecto en su bondad. En Él no hay falla alguna. De ahí en adelante, todas sus criaturas somos imperfectas, y sólo podemos aspirar a la perfección en la medida en que Dios mismo nos quiere convidar de su santidad. Él nos hace santos.
Para hacernos santos, no escoge a algunos consentidos privilegiados a quienes hace objeto de su favor; él nos escoge a todos con amor de Padre para que todos seamos santos. Absolutamente todos. Es la vocación universal a la santidad.
Allí está el llamado y la gracia para seguirlo, falta nuestro querer. Si queremos, seremos santos. Santo es, pues, el hombre o la mujer que le dice sí a Dios y trata de aprovechar las gracias que Él da en abundancia.
Santos titulados
Hay muchísimos santos. En estos momentos podemos estar codeándonos con algunos de ellos, y ojalá que nos contagiemos de su santidad.
Algunos dejan una huella que no se borra y que permanece en la vida de la Iglesia. Ellos son hermanos nuestros que nos dan ejemplo con su vida. Nos animan a seguir a Jesús. Nos hacen ver que es posible ser santo.
La comunidad no olvida a sus santos, y los sigue recordando como testimonio del amor de Dios que los santificó. Cuando sucede esto, la Iglesia, después de cerciorarse lo mejor que puede, les da el título oficial de santos, y los añade a la lista. Esto es lo que significa “canonizar”. Pero no sólo ellos son santos, hay muchos, muchos, muchos que lo son, y tú también puedes ser uno.
No tengan miedo
El pasado 9 de abril se publicó la exhortación apostólica del Papa Francisco, Gaudete et exsultate, “sobre el llamado a la santidad en el mundo actual”, la tercera de su pontificado.
En el texto, el Papa Francisco hace esta aclaración antes de entrar en materia: “No es de esperar en el documento un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían enriquecer este importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual”.
Y a través de un video difundido por el Vaticano, se nos dice quiénes son los destinatarios de esta nueva exhortación: “Si eres de los que no se conforman con una existencia mediocre, el papa Francisco ha escrito en estas páginas un mensaje para los que, como tú, viven los riesgos, desafíos y oportunidades de hoy, para los que crían a sus hijos con amor, para los que trabajan para llevar el pan a casa, para los ancianos, para los religiosos, para los que se preparan para enfrentar el futuro, porque todos y cada uno de nosotros estamos llamados a ser santos, también tú, ¿lo sabías?”
Pero para ello –nos aclara– “hay que ser audaz, luchador, humilde y tener sentido del humor. ¡No tengamos miedo a ser santos”.
Recuadro
Exhortaciones apostólicas del Papa Francisco
Evangelii Gaudium (Sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual)
Amoris laetitia, (Sobre el amor en la familia).
Gaudete et exsultate, (Sobre la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo).
Recuadro
Descarga la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate en: https://bit.ly/2qkmWht
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