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Cultura Bíblica: ¿Por qué Jesús entró de esa manera a Jerusalén?

Mons. Salvador Martínez

Este domingo comentaremos dos detalles de la entrada de Jesús en Jerusalén. Posteriormente propondremos una clave para seguir el relato de la pasión, según san Marcos.


El domingo de Ramos tiene la particularidad de hacernos escuchar dos lecturas del Evangelio. La primera de ellas es antes de que inicie la celebración, cuando se lee el pasaje de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Sobre esta primera lectura es importante saber que el trayecto escogido por Jesús no fue al acaso. Nos cuenta el Segundo Libro de Samuel que desde los primeros días del reino de David el joven rey de las doce tribus quiso conquistar la fortaleza de Sión, es decir, Jerusalén. Para ello se valió de un pozo alimentado por la fuente Guijón, la cual está en la parte más baja del torrente llamado Cedrón (cfr. 2S 5,6-10). Pues bien, cuando David heredó su reino a Salomón, realizó una acción semejante a lo que había sido la toma de Jerusalén. Nos cuenta el Primer Libro de Reyes (1,34-40) que ungieron a Salomón junto a la fuente Guijón y, montándolo en la mula del Rey, lo hicieron subir hasta la Ciudad de David y sentarse en el trono del rey.

Jesús venía desde el valle de Jericó subiendo a Jerusalén, por tanto, debía atravesar el torrente Cedrón y ascender así a la ciudad. Por ello, hizo el mismo recorrido simbólico de Salomón y de muchos otros reyes antes que él para tomar posesión. Sin embargo hay un signo diverso, Jesús no montó en un animal de guerra, caballo o mula, sino en un borriquillo; esto mira al cumplimiento profético de lo anunciado por el profeta Zacarías (9,9) que el Mesías vendría sentado sobre una cría de burro como signo de rey humilde y pacífico.

El segundo Evangelio que se lee este día es la pasión según san Marcos. Propongo una estructura para poderla ver en conjunto: el primer momento de la pasión está dedicado a darnos los datos de la traición (Mc 14,1-11); en un segundo momento nos narrará todo lo concerniente a la Última Cena del Señor con sus discípulos (Mc 14,12-31); el tercer escalón de la pasión según san Marcos es la agonía del huerto, donde el Señor Jesús muestra un modelo de oración muy hermosa: en primer lugar que la relación con Dios es de mucho amor y confianza pues los llama abba, Padre (Mc 14,32-42); continúa el relato con el proceso judicial de Jesús (Mc 14,43-15,20) desde el prendimiento, pasando por los varios juicios a que fue sometido y la tortura; el centro dramático de la pasión en la narración de la crucifixión y muerte de Nuestro Señor (Mc 15,21-41); la narración concluye con la sepultura del Señor y el testimonio de las mujeres (Mc 15,42-47). Estas claves nos permitieron ver los pasos que siguió la pasión y muerte de Nuestro Señor.

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