Eduardo Lozano
SIEMPRE SE ANTOJA hablar de problemas y dificultades, de situaciones de riesgo o circunstancias lamentables, con facilidad se nos llena la boca comentando la matazón, la calamidad, la tragedia y hasta el así llamado “mal clima”; la razón es muy sencilla y la aprovechan carroñeros mediáticos, noticieros de todo tipo y hasta entre los vecinos andamos haciendo leña del árbol caído… DE ENTRADA Y SIN MÁS, difiero de todos aquellos que dicen que hay “mal clima”, pues la lluvia es lluvia y la sequía está en su sitio, así como el día soleado o el día nublado tienen su belleza propia; el campesino sabe que a veces es conveniente el chipi-chipi y que en su momento las heladas ayudan a que las plagas se mantengan a raya; así que viva el clima venga como venga… NO PRETENDO hablar de injusticias o abusos (faltarían páginas) pero es necesario que todos nos urjamos a la paz, a la concordia, al diálogo y entendimiento entre los que son diversos o tienen responsabilidad diferente; ni en Nicaragua ni en Coyoacán, ni en verano ni en invierno, ni entre empresas o parientes, ni entre ricos o pobres debería haber violencia, agresión, imposiciones, abusos, juegos chuecos, truculencias, madruguetes, llaves chinas, puñaladas traperas y ni siquiera “miradas que matan”, como decía la canción… TAMPOCO PRETENDO mínimamente afirmar que las dificultades entre vecinos o parientes se resolverán con meras palabras bonitas o sonrisas de ficción, eso es engaño y vil falacia; lo que quisiera compartirte es que –tanto en ambientes eclesiales como en terrenos políticos- hemos de ser más inteligentes que el problema y plantear soluciones de fondo, hemos de privilegiar una madurez institucional y una calidez humana, hemos de ver lo importante de cada persona y lo valioso de cada situación… DEJA QUE TE PLATIQUE tres situaciones que estoy viviendo y te las comparto porque seguramente tú andas, anduviste o andarás en algo parecido: 1) sigo en días de vacación, 2) me invitaron a una celebración de 50 años de vida sacerdotal y 3) estoy a días de que me den a conocer mi nuevo destino luego de concluir cuatro años como formador en el Seminario Conciliar de México… EL TIEMPO DE VACACIÓN es oportunidad de aprendizaje y de renovación, de descanso y respiro en paz, de volver a llenar el corazón de esperanza y la cabeza de ideas; la celebración de-lo-que-sea es momento de fiesta y encuentro, de valoración y gratitud, de cosecha de los frutos para volver a sembrar; y los cambios en el trabajo y la rutina ordinaria también son momento de distensión y replanteamiento, de proyección y evaluación… SÉ MUY BIEN QUE a muchos nos dan miedo los cambios (de trabajo, de casa, de rutina) por la incertidumbre de lo que está por venir; también veo que los días de vacación luego se convierten en tedio y aburrimiento porque no estamos preparados para descansar; y luego constato que la fiesta y celebración –de-lo-que-sea- la reducimos a ruido, comedera y bebedera, olvidándonos rápidamente de la gratitud por lo vivido y empacando la alegría en fotos del recuerdo… FUE EL MIÉRCOLES PASADO que nos regocijamos –una vez más- por el quincuagésimo aniversario sacerdotal del Pbro. Nemorio García Vega: ya desde mayo pasado (junto con los demás presbíteros de su generación) y luego en junio (con su comunidad parroquial) y ahora en Canalejas, Méx., (su pueblo de origen), se ha dado la oportunidad de agradecer a Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, por el ministerio que se ha realizado por 5 décadas; y yo creo que si te estás enterando tú, amable lector, también te llenarás de gusto y gratitud… YO NO SÉ SI PRONTO tendrás vacaciones o si ya las estás viviendo y hasta estés jubilado, tampoco sé si hay cambios inmediatos e importantes en tu vida ordinaria, ni sé si tengas un gran festejo en puerta; de lo que si estoy seguro es que algo de eso se dará antes o después y hemos de prepararnos para que sea oportunidad de crecimiento y disfrute, de encuentro y gratitud a Dios y a los demás… ¿QUE SI ESTUVO BONITA la celebración del P. Nemorio?, ¡sí!, ¿que si los días de vacación ya se van a terminar?, ¡sí!; ¿que si seguirá habiendo cambios de-lo-que-sea mayores o menores?, ¡pues sí!; y que todo eso ni te quite el sueño ni te espante el apetito, pues es parte de la vida y así hay que enfrentarla… EN UNO DE ESOS RATOS de vacación –y ya estando en la sobremesa- le pedí a mi sobrino Juan Pablo que me platicara un chiste corto y rápido; no se tardó ni medio segundo en plantearlo y más bien yo me quedé sorprendido de la mente despierta y ágil que tienen los jóvenes, así que si tendrás festejo o si te cambiarás de casa, o si te vas de vacación, pues solicita ayuda a los jóvenes y ellos sabrán aligerarte la carga y pesadez de la rutina; ¡ah!, y aquí te dejo con el chiste rápido: Había una vez-¡truz! (si alguien me lo puede explicar, mucho le agradeceré)…
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