Los modelos de paternidad y maternidad que se aprenden, muchas veces no son los más adecuados o eficientes, las competencias parentales son habilidades que se pueden aprender y fortalecer a lo largo del tiempo, independientemente de la historia personal de cada adulto.
Este fue el tema central de la conferencia “Competencias parentales”, que se realizó durante el ciclo de conferencias de la Semana del Buen Trato, organizada por la Comisión para la Protección de Menores de la Arquidiócesis Primada de México.
La conferencia, llevada por la Lic. María del Rosario Alfaro Martínez, especialista en Ciencias de la Familia y directora ejecutiva de Afectividad y Sexualidad Guardianes, compartió sobre las competencias parentales y la importancia de un enfoque respetuoso y reflexivo en la crianza.
Uno de los puntos clave fue que no todos los modelos de paternidad y maternidad que aprendimos son los más adecuados o eficientes. La conferencia resaltó que las competencias parentales son habilidades que se pueden aprender y fortalecer a lo largo del tiempo, independientemente de la historia personal de cada adulto.
Asimismo, presentó el modelo del Dr. Esteban Gómez Muzio, Odisea, que combina la parentalidad positiva, la teoría ecológica sistémica y el enfoque de resiliencia familiar. Este modelo propone cuatro competencias fundamentales para una crianza efectiva: competencias vinculares, protectoras, formativas y reflexivas. Estas habilidades permiten a los adultos cuidar, proteger y educar a los niños de manera consciente y flexible, promoviendo su bienestar y derechos.
“El núcleo familiar de un niño es el principio de ofrecer oportunidades honestas, amables y cuidadosas que favorezcan nuevas formas de interacción en cada familia”, señaló Alfaro.
Enfatizó que una base segura y emocionalmente disponible ayuda a los niños a confiar y a sentirse protegidos, lo cual es esencial para su desarrollo neurológico y emocional. Además, se destacó que la seguridad no significa ausencia de peligros, sino la capacidad de los niños para identificar riesgos y contar con adultos en quienes confiar para superarlos.
Asimismo, resaltó que criar con resiliencia implica acompañar, sanar y aprender de los errores, fomentando un entorno donde los niños puedan crecer en confianza y amor, incluso en medio de dificultades.
Estas son las competencias que propone el modelo Odisea para ayudar en la crianza:
Fomentar competencias como la vincular, protectora, formativa y reflexiva, así como la resiliencia parental, es fundamental para construir entornos seguros y amorosos donde los niños puedan crecer confiados, sanos y felices, concluyó la Lic. Alfaro.
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