Foto: Especial
“Respétame que soy tu padre”, le decía Juan a su hijo Andrés, mientras se tambaleaba por su estado de ebriedad. Andrés se avergonzaba de él, porque todos sus vecinos escuchaban.
En eso llega María, la hermana mayor. “Eres un borracho que no vales nada. Mira cómo vienes. Deja en paz a mi hermanito.”
Al escuchar todo el alboroto, Rosy entra en escena: “Por favor, cálmense.” Pero nadie la escucha, la discusión subió de volumen y los gritos siguen. Andrés está asustado ahora, y lo único que quiere es irse de su casa…
¿Qué final le pondrías a esta historia?
Respeto proviene del latín “respectus”, que significa “atención” o “consideración”. El respeto es la base de toda relación, en especial de la familia. Implica apreciar el valor, la dignidad y los derechos de quienes nos rodean.
Te recomendamos: 5 tips para lograr confianza y respeto de los hijos
Cómo reconocer las faltas de respeto y cuáles son las consecuencias dolorosas:
¿Por qué te conviene poner manos a la obra y arrancar de una vez esa hierba mala que está afectando a tu familia?
Porque:
¡El respeto en la familia se nota!
¿Se nota en la tuya? Aquí te compartimos un mini-test:
Si te sientes impotente o no sabes qué hacer para que el respeto florezca en tu familia: ¡Calma!
¡No estás solo! ¡No estás sola! Te proponemos 3 pasos para lograrlo.
Paso 1. Sé valiente, comienza por ti.
Paso 2. Predica con el ejemplo.
Paso 3. Busca cómplices que te ayuden.
Tú puedes erradicar la mala hierba de las faltas de respeto de tu hogar. Aunque te cueste creerlo, una pequeña acción puede causar un gran efecto.
Donde hay música, disminuye la tentación del aislamiento y la violencia encuentra menos territorio fértil…
La mexicana Fátima Bosch ganó Miss Universo y lo agradeció a Dios y a la…
La Arquidiócesis de México se reunió con familias buscadoras para escuchar su dolor, pedir perdón…
La fuerza del Evangelio, el nuevo libro del Papa León XIV que explica la fe…
La influencer Danny Alfaro compartió con sus seguidores cómo ha redescubierto su fe católica tras…
Ante las autoridades, civiles o religiosas, no seamos aduladores y aplaudidores por todo, sino colaboradores…