Para saber si tu hijo o hija tienen vocación religiosa ¡tienes que saber esto!
La respuesta es muy sencilla: los padres no pueden detectar si su hijo tiene vocación o no a la vida religiosa. Antes de profundizar en esta cuestión conviene aclarar qué significa “vocación religiosa” o mejor dicho “vocación a la vida consagrada”.
El Catecismo de la Iglesia Católica la define así: “El estado de vida consagrada aparece por consiguiente como una de las maneras de vivir una consagración “más íntima” que tiene su raíz en el Bautismo y se dedica totalmente a Dios” (CEC 916).
La vocación a la vida consagrada consiste en profesar públicamente los votos de pobreza, castidad y obediencia, ya sea como laico, ya sea como clérigo. Ejemplos de vida consagrada son: los jesuitas, los carmelitas, los franciscanos, los pasionistas, etc., en sus diversas ramas tanto varoniles como femeninas.
Conviene señalar que cada orden tiene un carisma específico. A toda esta variedad de carismas se le conoce como vida religiosa, vocación religiosa o vida consagrada.
Ahora bien, el llamado a la vida consagrada o vida religiosa es personal y la respuesta también, corresponde, por lo tanto, al hijo discernir sobre su llamado y no a los papás.
Si el hijo muestra un gran cariño a la fe, a Cristo, a la Virgen y a las cosas de Dios no significa que, necesariamente, tenga vocación a la vida consagrada.
El misterio de la vocación es tan grande y Dios llama de tantas maneras y de tantas formas, que es imposible determinar un camino único para saber si alguien tiene vocación a la vida religiosa o no.
Toda vocación que es motivada e impuesta por los papás generalmente termina en fracaso. A los padres de familia les corresponde orar, acompañar, orientar y apoyar el discernimiento vocacional de su hijo.
De igual manera, es una labor de ellos presentarles a sus hijos la variedad de vocaciones específicas:
Esto es importante para que los hijos, en un ejercicio pleno de libertad, disciernan a dónde los llama Dios a servir.
Hay que tener en cuenta que el llamado vocacional más existencial y universal es el llamado a la santidad.
Un buen discernimiento vocacional necesita oración, estar en gracia y acudir con frecuencia a los sacramentos, en especial la confesión y la Santa Misa.
Discernir sobre la vocación es preguntarle a Dios ¿dónde quieres que yo sea santo?, ¿cómo quieres que sea santo?, ¿me quieres santo en el sacerdocio, en el matrimonio o en la vida consagrada?
Juan Pablo II decía: “Todo llamado de Dios es una historia de amor única e irrepetible”, por eso, ante ese llamado de amor, los padres buscarán que esa respuesta sea acompañada con amor.
Los padres serán el primer referente vocacional de los hijos, por ello, tienen la delicada labor de mostrarles el camino del amor a Dios.
Si te gustó este artículo, sobre la vocación religiosa, también puedes ver:
El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…
“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…
El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…
Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…
‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…
El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…
Esta web usa cookies.