Es común ver a niños hacer berrinche, que se tiren al piso y griten porque sus padres no les compraron un dulce o un juguete. En muchas ocasiones, ante la presión social de sentirse observados o exhibidos, los padres acceden a darles el objeto del deseo; sin embargo, esto es un error de crianza, pues los niños deben de saber que no todo lo que pidan se les concederá de inmediato.
Así como este ejemplo, hay varios errores de crianza que no todos los padres conocen. Al respecto, la psicóloga Tania Castro, colaboradora de Cenyeliztli, asegura que si de criar hijos rebeldes se trata, la fórmula perfecta es descuidar aspectos básicos de crianza como son los límites y la discplina, combinado con el desinterés de los padres por aprender buenas prácticas. “No hay niños modelo ni padres perfectos, lo que se requiere es esfuerzo, constancia y amor” en su educación. Para ella, hay cinco errores comunes que los padres cometen al educar a sus hijos:
A decir de la especialista, este es el peor error y más utilizado, pues los padres recurren a un “amor mal entendido”. A veces les dan objetos materiales en exceso por culpa, por no poder compartir más tiempo con ellos, o bien, para subsanar una carencia del pasado.
Los valores se deben inculcar a los niños desde sus primeros años, explica la especialista, “sobre todo cuando comienza la vida escolar, pues deben de saber que hay reglas de sana convivencia que deben respetar”. Detalla que, si crecen sin saber que hay reglas y deben respetar a autoridades como los maestros, muy probablemente tendrán problemas para relacionarse con otros en su etapa adulta.
La especialista explica que los niños siempre buscan el amor y reconocimiento de su familia; cuando sus padres les celebran groseros comportamientos o decir malas palabras, los hijos creen que eso está bien. “Cuando los niños repitan esas conductas con otras personas o con sus compañeros, tendrán problemas por esa conducta mal encausada, pero no entenderán la razón, pues sus padres no les explicaron que esa grosería no es aceptable”.
La psicóloga comenta que, durante el crecimiento de una persona, los límites y normas son básicos, pues se vuelven una referencia, un camino. Si se les permite hacer todo, crecerán con problemas emocionales y de conducta, pues no sabrán ser disciplinados.
“Los niños no se educan con palabras, ellos aprenden de lo que ven. Por ejemplo, si su familia les prohibe tomar refresco durante la comida, pero sus padres sí lo beben, entonces se confunden, pues reciben un doble mensaje, “¿por qué ellos sí y yo no?”. Lo importante es explicarle las razones por las que un comportamiento no es el más saludable o el correcto. Las familias deben de esforzarse por ser coherentes en su decir y actuar”.
No hay padres perfectos, pero sí oportunidad de aprender a ser mejor con los hijos.
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