Si bien la celebración de la Navidad es el momento en que toda la familia se reúne en para recordar el nacimiento del Niño Jesús y convivir con gran alegría por ese suceso, también es cierto que en algunos casos esta fiesta puede derivar en un hecho difícil debido al abuso del alcohol.
Lamentablemente existen muchos casos de personas que aprovechan este tipo de encuentros para excederse en el consumo del alcohol y lo que inicialmente se proyectaba que fuera una hermosa velada, termina convirtiéndose en un infierno para la familia y los amigos ahí reunidos.
Así, para evitar que se presente una situación de este tipo en tus celebraciones navideñas, es fundamental que toda la familia, así como la persona que tiene un problema con las bebidas, sume esfuerzos para evitar que las cosas se salgan de control y llevar la fiesta en paz.
Te podría interesar: Razones de nuestra alegría en la Navidad
Acciones y medidas para prevenir momentos complicados puede haber muchas, entre ellas podemos destacar los juramentos que hacen los devotos ante la Virgen de Guadalupe, buscando su protección para dejar el alcohol, las drogas u otros vicios
El padre Salvador Barba, ex encargado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis Primada de México, señaló que un vicio genera en el individuo una dependencia o codependencia que le va menguando y debilitando absolutamente la conciencia, la responsabilidad y a veces le impide tomar decisiones.
“Hay muchos problemas por el abuso del alcohol, algunos también con el abuso de las drogas. Pero sí, los vicios alteran todo, rompen la armonía, bloquean la comunicación y provocan las imprudencias, porque ya un vicio ha dominado la voluntad, somos débiles”, indicó en entrevista con Desde la fe.
El sacerdote reconoció que en estos tiempos de Navidad es cuando resalta el abuso en el alcohol y sus consecuencias, pues las reuniones empiezan con mucha alegría, luego se les olvida esta amistad a los asistentes y acaban peleando; donde hay fraternidad y acaban peleando todos contra todos”, dijo.
“Un intento de solución han sido los juramentos, que ayudan si uno es bien consciente y, claro, si se pone de verdad la intención y se aprende a decir, como para muchas cosas, no. No ser tan condescendientes con aquello que la razón nos dice que está mal, pero lo seguimos haciendo”, recalcó.
Sin embargo, continuó el actual director de la Dimensión de Bienes Culturales de la Arquidiócesis Primada de México, en lugar de los juramentos, lo mejor sería limitar el uso del alcohol y retomar aquellos comerciales que señalaban: “si va a beber, que sea con moderación y si no, mejor no empezar”.
“Construir caminos de convivencia nuevos sería una solución, no centrarnos en la cantidad de alcohol, porque hoy, incluso en los regalos, se puede tratar de evitar estar regalando por todos lados botellas”, subrayó el padre Barba.
Además, continuó, aquel que tiene una problemática con la bebida y sabe que empezando ya no le para, que mejor no empiece y que se disponga, junto con el apoyo de su familia, a evitar el consumo de alcohol.
“El vicio del alcohol es lo que más daña en este tiempo y pone en angustia y en vergüenza a las familias y si también los adultos, porque nos sentimos muy adultos, podemos tomar, emborracharnos, tener abusos y excesos, eso es lo que vamos enseñando a niños y a jóvenes, y lo tenemos que evitar”, apuntó.
Finalmente, afirmó, el alcohol suelta la lengua y se dice lo que no, desinhibe, y propicia problemas y después se andan lamentando, ya sea de la cruda y de los daños corporales, pues todo abuso genera y daña a quien se deja llevar por ello.
Quien carece de fuerza de voluntad para dejar de beber por sí mismo, tiene una opción para poder hacerlo y es presentarse ante Nuestra Madre la Virgen de Guadalupe para buscar su protección y bendición para dejar el alcohol.
En el caso de la Basílica de Guadalupe, el interesado puede asistir la Capilla de los Juramentos, que se ubica a un costado de la Parroquia de Capuchinas, en el Cerro del Tepeyac, para ingresar y frente una imagen de la Virgen de Guadalupe hacer su juramento.
Antes de ingresar, los fieles reciben una estampita con la imagen de la Virgen de Guadalupe y, en el reverso, el texto del juramento, que deberán firmar y bendecir después de ver un video en el que se habla de los peligros de padecer alcoholismo y drogadicción. También escuchan el Evangelio, así como una breve reflexión espiritual.
“Se trata de pedir al Señor la gracia por medio de María Santísima ¿Qué es eso de la gracia? Es la fortaleza para que, por medio de la oración y la voluntad, se pueda dejar de tomar. Decía San Agustín ‘Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti’”, explicó el padre Marco Perdomo, vicario de la Parroquia de Santa María de Guadalupe Capuchinas.
El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…
“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…
El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…
Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…
‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…
El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…
Esta web usa cookies.