Cuando el sufrimiento inevitablemente llega, no hay que pedir: ‘Señor, que no sufra’, sino ‘que sepa sufrir’.
Todas las terribles consecuencias del mal que hace el ser humano se traducen en el dolor y sufrimiento que soportamos.
El sufrimiento es inevitable en este mundo. ¿Por qué Dios lo permite?, ¿cómo mantengo mi fe?