Apreciemos las expresiones populares de nuestra fe, respetémoslas y acompañémoslas, pero ofreciendo siempre la Palabra de Dios en su integridad.
Con eso de que nuestro gobierno federal sólo hace llamados a portarse bien, nos sentimos desamparados.
Preocupación, dolor y vergüenza, es lo que sentimos al conocer nuevas fallas en nuestra Iglesia.
Mantengámonos firmes en nuestra fe, con un corazón misericordioso ante quienes no la viven a cabalidad.
El voto mayoritario que lleva a alguien al poder político o legislativo, no es una potestad absoluta.
El Papa Francisco nos recuerda que sólo el amor salva, sólo el amor nos hace ser personas.