No podemos olvidar que cada mujer asesinada y violada es una persona con nombre y apellido.
Creo firmemente que, en la medida que comprendamos que en el mundo todas y todos somos necesarios, compartiremos los mismos…
Los obispos manifestaron su solidaridad con las familias de Ingrid, Fátima, la bebé Karol y Mayte Viridiana.