El buen cine mueve las emociones y deja huella.
Yalitza Aparicio es un ejemplo más de lo que están logrando los indígenas. Muchos los siguen menospreciando, no los conocen.
La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas ha quedado muy atraída por la belleza de esta película.
Realmente me da gusto que les vaya tan bien a personas de quienes no se esperaba fueran tan felices.