Y mientras nosotros esperamos cruzar por el mismo umbral que ya lo han hecho nuestros difuntos, sigamos con nuestras obras…
Todas las muertes son dolorosas, especialmente las de nuestros seres queridos. Pero también podemos transformar cada una en un homenaje.
La idea de que vuelven a la tierra fue desechada por el cristianismo, no así el orar por ellos.