Oremos por la salud del Papa Francisco

Esta semana, la salud del Papa Francisco se complicó y se ha mantenido en un estado crítico. El pontífice de 88 años se encuentra lidiando con una enfermedad respiratoria que lo mantiene hospitalizado. Y, aunque las autoridades del hospital Gemelli han asegurado que el Papa se encuentra atento y ha pasado varias buenas noches, han sido muy claras en que no se encuentra fuera de peligro.

Esto ha despertado la preocupación de millones de personas alrededor del mundo, así como la oración de la Iglesia Católica y sus fieles. No obstante, también se han desatado las especulaciones. En 2021, el mismo Papa Francisco dijo en una entrevista que “siempre que un Papa está enfermo corre brisa o huracán de cónclave”.

Como fieles creyentes, sabemos que nuestra arma más poderosa es la oración. En momentos delicados, conviene enfocarnos en ello y no ahondar en especulaciones, rumores o adelantarse a los hechos. En tiempos de dificultad, la unidad de la Iglesia se hace aún más fuerte cuando elevamos nuestras plegarias con fe y esperanza, confiando en la voluntad de Dios y en su infinita misericordia.

Como Arquidiócesis Primada de México, hacemos un llamado a la oración por la salud del Papa. Invitamos a las parroquias de la Arquidiócesis a incluir una especial intención en cada Misa y a los religiosos, sacerdotes y fieles a unirse en oración a través de sus comunidades. Asimismo, exhortamos a todos los creyentes a ofrecer pequeños sacrificios y actos de caridad en favor de su pronta recuperación, recordando que la solidaridad y el amor fraterno son pilares fundamentales de nuestra fe.

Siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, quien en numerosas ocasiones ha pedido a los fieles que recen por él, respondamos con generosidad y fervor a este llamado. Que cada rosario, cada oración personal y cada Eucaristía sean ofrecidos con el sincero deseo de que Dios conceda al Santo Padre la fortaleza necesaria para superar esta prueba.

Que la Virgen María, Salud de los Enfermos, interceda por él y lo cubra con su manto de amor y protección. Y que el Espíritu Santo ilumine a los médicos y especialistas que lo atienden, para que sus esfuerzos sean guiados por la sabiduría divina.

Sigamos unidos en la fe y en la oración, confiando en que Dios escucha siempre nuestras súplicas. Con esperanza, perseveremos en la oración por nuestro querido Papa Francisco.