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/ OPINIÓN OPINIÓN
Por SARAHI ELVIRA FRANCO Coordinadora Operativa Fundación Cáritas
para el Bienestar del Adulto Mayor I.A.P.
           Cosa de viejos
SI BUSCAMOS EN NUESTRAS VIVENCIAS e his- torias familiares, lo más probable es que no falten anécdotas que pudiéramos resu- mir como “cosa de viejos”, como cuando los abuelos nos decían cosas que en nuestra juventud no tenían sentido, en este mo- mento recuerdo algunas de ellas; ‘no salgas después de bañarte por que te va a dar un aire’, ‘no comas aguacate cuando hagas bilis’, ‘habla con tus padres ellos te sabrán acon- sejar’, ‘ve a la iglesia no te alejes de Dios’, ‘ten paciencia en la vida, lo que se necesita es paciencia’. Y podría sumar muchas más; sin embargo, todas estas frases las resu- míamos en “el abuelo o la abuela qué va a saber, ésas son cosas de viejos”.
Al paso del tiempo y al ser más consien- tes de nuestro propio envejecimiento nos damos cuenta que no era cosa de viejos, más bien era experiencia de vida que, sin explicación muy científica, los abuelos nos trasmiten o trasmitían. Aprendamos de las personas mayores, no sólo de aquellos que son profesionistas y se han convertido en expertos en alguna temática o actividad, también de aquellos que con solo haber vivido 70 años han vivido más que nosotros y sin duda aprendido mucho más.
Muchas personas mayores comparten con nosotros que invitan a sus nietos a la iglesia y que los niños son más participa- tivos y sensibles pero que los jóvenes llegan un punto en que los ignoran pues no quie- ren perder su tiempo participando en cosas
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de la iglesia, pero la relación con Dios tam- bién es importante ya que la vida te pre- senta pruebas en las que la única manera de pasarlas es a través de la fe.
El Papa Francisco en su catequesis men- cionó “vemos que la práctica de la fe mu- chas veces se presenta de forma negativa, se ridiculiza o se margina, o bien se consi- dera una cosa de ‘viejos’”.
Demos y démonos la oportunidad de aprender de nuestras personas mayores, escuchemos, aprendamos y atesoremos aprendizajes que nos servirán a lo largo de la vida.
Feliz de seguirlos leyendo, gracias a los que me han escrito compartiendo sus opi- niones e historias:
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       PIÉNSALO DOS VECES
Por ALBERTO QUIROGA
          Abuso del poder
HACE TIEMPO COMÍ EN UN RESTAURANTE
con unos conocidos y dos de ellos llevaban a su niña de tres años, a la que le pidieron un plato de papas a la francesa, mismas que no fueron comidas sino tiradas una por una al piso.
A la primera, le señalé a la mamá que la niña había tirado una papa, pero no tuve ninguna respuesta. Siguió la plática y ca- yeron cuatro papas más, una por una.
A la sexta le repetí que la niña estaba tirando las papas al piso. Su respuesta fue
concreta: “Yo las voy a pagar”.
¿Pagar por un bien nos autoriza a des-
perdiciarlo? ¿Poder hacer algo nos da el derecho de hacerlo?
Veamos: Un grupo de jóvenes camina a media calle estorbando el tránsito, es- cudados en la potencia de ser muchos. Un conductor abusa de otro que trae un auto compacto, confiado en la intimidante imagen de su camioneta con tumbaburros.
Un jefe humilla un empleado, sólo por estar arriba de él en el escalafón, sabedor que en estos tiempos nadie se arriesga a perder el empleo. Son muchos los ejem-
@desdelafemx
plos que podemos mencionar.
Hay quien ante la escasez de agua la
sigue tirando porque la ha pagado. Tener el poder no debería de ser la ocasión de atropellar, sino la oportunidad de ejercer la responsabilidad de servir o aprovechar. Abusar de nuestro poder acaba por dañarnos a todos, es un camino que
lleva al enfrentamiento y la violencia. Tenemos una responsabilidad con nuestro prójimo, en el sentido de usar responsablemente todo aquello que nos ha sido confiado. Es solamente cuando usamos nuestro poder para el bien, cuando
realmente sirve bien.
 14 3 de julio de 2022 desdelafemx desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial www.desdelafe.mx



































































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