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  EL CAPITÁN
Un gran medio- campista.
Jugó en clubes como: Pumas, Necaxa, América y Puebla. Con el Tri metió 21 goles.
Actualmente es comentarista de la cadena Fox Sport.
cuando vino lo inesperado.
CAMBIO DE RUMBO
“El Capitán”- contó que re- cién se había integrado al Necaxa, y esta- ba concentrado en Valle de Bra- vo para jugar una liguilla; era el 11 de mayo de 1995, cuan- do recibió una llamada en la que le pedían
La fami- lia: Alber- to, Rosy, María y Ximena.
“Fue entonces que comprendí que el Señor aún tenía planes para mí”.
Tres meses más tarde, García Aspe era contratado por el River Plate de Argentina, equipo que lo convirtió en un jugador in- ternacional, “Poco a poco me acoplé a aquel país y su futbol; pero un día, por un partido mal jugado, todo cambió: me des- concentré y mi juego decayó, al grado de no ser considerado entre las reservas”.
Asegura que esos momentos difíciles sirvieron para que se uniera más a su es- posa e hijas; “me abrieron la mente y el corazón a los planes de Dios, comprendí que el Señor aún tenía planes para mí; Manolo Lapuente me había llamado invi- tándome a reintegrarme a las filas del Necaxa, jugué la mitad de la temporada y el partido por el campeonato, en el que nuevamente salimos triunfantes; detalles que definitivamente me acercaron más a la Dios y a la Virgen”.
   regresara en breve a la CDMX porque su esposa se encontraba grave de salud.
De inmediato se trasladó a la capital del país, y al llegar al hospital lo primero que encontró fue a un doctor, quien, do- cumento mano, esperaba su firma de autorización para que a su esposa le pu- dieran practicar una cirugía. “‘Rece mucho por ella’”, me dijo el médico”.
“Esa noche experimenté dos situacio- nes que nunca olvidaré; antes de la ope- ración, cuando mi esposa iba rumbo al quirófano, una enfermera se le acercó para hacerle una revisión de rutina; el nombre de esta enfermera era Guadalupe, estaba a la vista en su gafete. Mi esposa, al per- catarse de eso, le preguntó si creía en la Virgen, y la enfermera respondió: ‘¡Sí, no se preocupe, todo va a estar bien!’”.
Esa madrugada, tras la operación, cerca de las seis de la mañana, García Aspe, con el estado de ánimo deshecho, se encon- traba con sus suegros en una de las salas de espera del hospital aguardando los primeros informes médicos.
“En ese momento llegó una amiga cer- cana a mis suegros, quien nos invitó a rezar el Santo Rosario. Yo me molesté; se me hizo imprudente que se presentara a
Su amor a la Morenita no tiene límites. esa hora, pero finalmente accedí; al mo-
mento en que terminó el rezo, sonó el te- léfono; era el doctor con la noticia que Rosy estaba fuera de peligro, y me dijo que podía pasar a verla. Cuando la vi, lo primero que le dije fue que me retiraría de la liguilla para cuidarla; ella se negó, me pidió regresar al plantel para ser campeones. ¡Gracias a Dios estaba a salvo! Me pidió buscar a la enfermera para agradecer sus palabras. Jamás la encontré; nadie sabía de ella”.
   MIRAR ES AMAR,
AMAR ES COMPARTIR
www.desdelafe.mx desdelafemx desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial 3 de julio de 2022 11
    













































































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