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COMPRENSIÓN DEL EVANGELIO
   ADel santo Evangelio según san Juan (Jn 20,19-23 )
l anochecer de aquel día, el primero do. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al de la semana, estaban los discípulos Señor. Jesús repitió: “La paz con ustedes. Como el en una casa, con las puertas cerradas Padre me ha enviado, así también los envío yo”. por miedo a los judíos. Y en esto en- Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el tró Jesús, se puso en medio y les dijo: Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados,
“La paz con ustedes”. les quedan perdonados; a quienes se los retengan, Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costa- les quedan retenidos”.
        COMENTARIO
Por P. JULIÁN LÓPEZ AMOZURRUTIA
La paz esté con ustedes
@desdelafemx
        C omo un solo gran día que culmina con su plenitud, Pentecostés cierra el tiem- po pascual llevándonos con el Evangelio al anochecer del día de la resurrección. Un hilo conductor nos per- mite madurar los acontecimientos desde su lógica intrínseca. Podríamos ir aún más lejos y reconocer la plenitud de los tiempos, producto de la presencia del Hijo de Dios en medio de nosotros, del Verbo que vino a habitar entre nosotros. Aquella noche Jesús se presentó en medio de ellos. Es Él en persona quien da plenitud al tiempo. Es Él quien sella la historia como pascua, como paso de liberación. Es Él quien con- fiere a la vida la novedad radical de su
gracia y su verdad.
Dos veces dice: “La paz esté con uste-
des”. Quien está con nosotros es Él. La paz es su saludo y el fruto de su presencia. La paz es Él mismo y su don. La paz es la certeza de su cercanía y el resultado ope- rativo de su pascua. La primera vez que ofrece la paz, les muestra las manos y el costado. El dinamismo de la paz brota de la experiencia de su presencia, de la
conciencia de su obra. Las manos y el cos- tado llevan la huella de su pasión. Lo que parecería índice de una catástrofe se ha convertido en signo de redención. Su vic- toria no borra sino viste de luz el itinerario de su entrega. La paz se mantiene del con- tacto con el viviente. Resultado de esta paz es la alegría. La alegría que rebosa al que accede a Él.
La segunda vez que ofrece la paz, pro- longa su presencia como envío. Su pre- sencia en medio de nosotros provenía del amor extremo del Padre, que envió a su Hijo único. Ahora el enviado envía. Y envía desde la paz. La presencia redentora se
confirma a través de los discípulos, que son testigos de la pascua. De la experiencia de comunión se sigue la misión. Misión para la que se confiere el don del Espíritu. Don en el que el perdón de los pecados garantiza el acceso a la comunión divina. Labor que define a la Iglesia como men- sajera del perdón, como embajadora de la paz del resucitado, como instrumento a través del cual el Espíritu Santo extiende la paz del amor, de la permanencia en el amor, a todos los que nacen de lo alto, a todos los que llegan a ser hijos de Dios.
El gran día de Pascua se expande como misión de paz, por la acción del Resucitado, actualizando con el don del Espíritu Santo el amor del Padre. Desde la Iglesia late para el mundo la salvación de Dios.
Dos veces dice: “La paz esté con ustedes”. Quien está con nosotros es Él. La paz es su saludo
  18 5 de junio de 2022 desdelafemx desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial www.desdelafe.mx
















































































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