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  EL ESPÍ RITU SANTO
Inspira la interpretación
El Espíritu Santo inspiró a la Iglesia Católica
a determinar cuáles libros debían estar en la Biblia
y a interpretarla sin error.
Define las verdades de fe
El Paráclito inspira a la Iglesia Católica
a definir las verdades de fe sobre las que se asienta nuestra vida cristiana.
Guía a la santidad a los hijos de Dios
Por su gracia nos proporciona santos, hombres y mujeres cuyo ejemplo e intercesión edifican a la Iglesia Católica.
Su acción en la vida del cristiano ha sido elocuentemente descrita por san Pablo, espe- cialmente en el capítulo 8 de la Carta a los Ro- manos. Vivir en el Espíritu es posible porque el Espíritu mora en nosotros. Su acción
Espíritu es el mismo” (1Co 12,4).
La culminación de la Pascua es un tiempo
oportuno para renovar la catequesis sobre el Espíritu Santo, pero sobre todo para acoger la frescura de su testimonio en lo más profundo de nuestra propia huma-
   se establece en lo más hondo de nuestro propio ser, y por Él se lleva a cabo nuestra condición de hijos de Dios, en la cual tenemos la libertad. Él es quien nos mueve interiormente en la oración, con gemidos que nos orientan hacia la salvación. Este im- pulso, en realidad, se extiende a todo el universo, que de igual manera tien- de a la plena manifestación de Dios en nosotros.
Conocerlo
es abrirle
el dinamismo de nuestro propio espíritu para que no deje de actuar en nosotros.
nidad, como una experiencia vital. Conocerlo no es tanto repetir las convicciones de la fe en Él, sino abrir- le el dinamismo de nuestro propio espíritu para que no deje de actuar
en nosotros.
Lo invocamos en la oración, para
que la obra divina se realice. Así lo apuntaba san Juan Pablo II: “La Iglesia con su corazón, que abarca todos los corazones humanos, pide al Espíritu Santo la felicidad que sólo en Dios tiene su realización plena: la alegría
Por otra parte, también al Espíritu
se le reconoce como principio de la comunión en la Iglesia y de su fe- cundidad apostólica y misionera. A Él se debe la riqueza de los dones espirituales, pero también su integración en el único cuerpo de Cristo. “Hay diversidad de dones, pero el
‘que nadie podrá quitar’, la alegría que es fruto del amor y, por consiguiente, de Dios que es amor; pide ‘justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo’ en el que, según San Pablo, consiste el
    6 23 de mayo de 2021
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  12 FRUTOS
Los menciona el Catecismo de la Iglesia Católica en el #1832.
1. AMOR
Consiste en amar a Dios por sobre todas las cosas y a nuestro
prójimo como a nosotros mismos. Refleja el amor del Padre y del Hijo, que es infinito, incondicional y personal.
2. ALEGRÍA
Es el gozo que experimentamos por tener a Dios en
nuestra vida. La alegría de sabernos suyos y de estar cerca de Él. Es un fruto que permanece con nosotros en momentos difíciles.
3. PAZ
En Dios encontramos
la calma que permite
que nada nos turbe, ni en las circunstancias más extremas,
pues vive en nosotros. Sabemos y confiamos en que Él ya venció la muerte y el dolor.
      

























































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