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/ VIDA Y FE
CIELO Y TIERRA
ALEJANDRA MA. SOSA ELÍZAGA
           ¿Por qué celebramos a Cristo Rey l final de cada año?
@AleMSosaE
Universal, en el que todos seremos juz- gados ante todos. Se cumplirá lo que anunció Jesús: que no hay nada oculto que no llegue a saberse (ver Lc 8, 16-18). Se revelará cada pensamiento, palabra, obra y omisión; se conocerán las conse- cuencias de cada acto de amor y de cada acto de maldad e injusticia, a quiénes afectó, cuándo, dónde, cómo, por qué. Y cada uno recibirá lo que merezca: si fue misericordioso, recibirá misericordia, si no lo fue, será juzgado sin misericordia.
Esto será necesario por justicia, para que no sean ignorados sino conocidos y recompensados, todos los buenos pen- samientos, intenciones, palabras y accio- nes, y también para que no pase desapercibido ni quede impune ningún mal planeado o cometido.
Muchos descubrirán que no bastaba llamar a Jesús “Señor” y creer que por considerarlo su salvador personal podían vivir como quisieran y no perder su sal- vación (ver Mt 7, 21-23). La fe de todos será probada o desmentida por sus obras (ver Mt 25,31-46).
Tener presentes estas tres considera- ciones al final del año nos puede ayudar a preguntarnos hacia dónde vamos, cómo estamos, cómo nos iría en ese Juicio si lo enfrentáramos hoy. Y si calculamos que no nos iría muy bien, enmendar lo que sea necesario. Todavía estamos a tiempo, pero hay que aprovecharlo, pues no sa- bemos cuándo regresará el Señor, puede ser antes de lo que imaginamos.
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n la Iglesia Católica el fin de año no es el 31 de diciem- bre, sino cuando se termina el ciclo o año litúrgico, lo
2. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO es el Rey del Universo, y nos ha prometido que vol- verá, y cuando venga de nuevo, ya no vendrá como lo hizo la primera vez, dis- cretamente, humildemente, sino precedido de signos cósmicos que no pasarán des- apercibidos, rodeado de Sus ángeles y con gran poder y majestad (ver Mc 13, 24-25).
A todo ser humano le quedará clarísimo que Jesucristo es Dios, sobre todo a los que pensaban que no existía o que había sido solamente un gran líder o filósofo, un personaje admirable del pasado.
Tenemos la firme certeza de que Jesús cumplirá Su promesa de venir, porque antes cumplió otra promesa que parecía incumplible: Su Resurrección, un hecho histórico del que hay irrefutables pruebas y que le da absoluta credibilidad a todo lo que enseñó, a todo lo que hizo, a todo lo que prometió. En Su promesa de que vendrá tenemos puesta nuestra esperanza, es lo que anhela nuestro corazón. Por eso clamamos en Misa, después de la Consa- gración: “¡Ven, Señor Jesús”
3. CUANDO MURAMOS seremos juzgados por Dios. Será un Juicio personal, en el que se determinará dónde pasaremos la eternidad, y sólo entre Él y nosotros. Pero al final de los tiempos, cuando Jesucristo venga por segunda vez, habrá un Juicio
cual sucede el domingo anterior a que inicie el Adviento (que es el tiempo con que comienza el nuevo ciclo litúrgico, período de preparación para la Navidad y que abarca 4 domingos antes del 25 de diciembre).
Siempre al final del año litúrgico se celebra la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. ¿Cuál es la razón de esto? Quizá para recordarnos otro final, el nuestro, y ayudarnos a tener presentes al menos estas tres consideraciones:
1. NUESTRA HISTORIA ES LINEAL, va avan- zando hacia una meta: encontrarnos con Jesucristo. Están de moda espiritualidades orientales que proponen la reencarnación, según la cual cuando alguien muere su alma migra a otro ser, animal o persona, para expiar lo malo que hizo en la vida anterior (aparente justicia que en realidad no lo es, pues nadie sabe qué hizo mal en esa supuesta vida anterior y por lo tanto ignora cómo evitarlo en la actual), en un continuo nacer y morir, un ciclo al quenoselevelasalidayenelquela persona intenta salvarse por su propio esfuerzo.
Es un concepto completamente incom- patible con el cristianismo, cuyos miem- bros sabemos que no podemos salvarnos a nosotros mismos, que Cristo es nuestro Salvador, y que, como nos lo reveló en Su Palabra, vivimos una sola vez, morimos una sola vez y después nos encontraremos con Él (ver Heb 9, 27).
Tenemos la firme certeza de que Jesús cumplirá Su promesa de venir.
  12 21 de noviembre de 2021 desdelafemx desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial www.desdelafe.mx














































































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