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  ANGELUS DOMINICAL Por P. EDUARDO LOZANO
OPINIÓN / [email protected]
pistolas -como decimos en el rancho- sino por gracia de Dios, que llegan a tal punto no por sus esfuerzos sino porque se abrie- ron a la misericordia del Omnipotente, no por ser “milagrosos” sino porque Dios hizo en ellos el milagro de su conversión cons- tante... SI ACASO FUERA YO quien investigara a alguien como candidato a ser canonizado, una de las primeras preguntas que haría sería la siguiente: “¿Y él mismo tendía su cama?”; luego me iría a escudriñar la ho- nestidad de sus extravagancias, la sensatez de sus locuras, la consistencia de sus eno- jos, el realismo de su buen humor, la enor- me profundidad de sus dudas de fe, su producción de basura (la del bote y la del corazón), la normalidad de su buen apetito, sus respetuosas carcajadas y “su justicia superior a la de los escribas y fariseos”, según dictó Jesús (Mt 5,20)... CONOZCO NÚ- MERO GRANDE de buenos cristianos -y aquí me toca gritar: ¡presente!- que no pasan de ser “buenos cristianos” aunque sean obispos, curas o monjas: saben poner bo- nita cara sin caridad, suelen decir cosas agradables con tal de no molestar a sus jefes o bienhechores, se cuidan en sus buenos modales porque casi siempre son invitados a comer en mesa exquisita, se enojan con los errores y pecados ajenos porque ya se olvidaron de enojarse con los propios ¡y hasta logran derramar lágri- mas de perfecto teatro cuando se da el caso!... ESTAMOS EN VÍSPERAS de la solem- nidad de Todos los Santos, y con tal ocasión quiero suplicarte, pecadorsísimo lector, que tomes nota del examen que llegara yo a realizarte si te enfilan como candidato a ser canonizado, porque si no eres capaz siquiera de tender bien tu cama, menos serás capaz de hacer lo que Jesús pide en el capitulo 25 del evangelio de San Mateo (por cierto: ¡hoy mi cama está hecha un magnífico revoltijo!)...
         ME HICIERON ENOJAR el viernes pasado y muy feo (¡¿o sea?!, ¿acaso hay alguien que se enoje de manera bonita?), es decir, me hicieron enojar como si la ilógica tuviera derechos, como si el rumor fuera criterio de actuación, como si la sospecha justifi- cara la mínima injusticia, como si fuera obligación de los cuerdos ajustar el mundo a como lo piensa cualquier loco, como si por tener yo una tribuna a mi placer po- seyera ya intacta la verdad (¿o sea?, ¿de qué estoy hablando?)... DATE CUENTA, pa- ciente lector, que mi enojo pasó rápido -y no te lo juro porque sé que me crees, y si no me creerías, tampoco tendría por qué jurártelo-, también date cuenta que las consecuencias del enojo siguen como si de comal caliente de barro se tratara, es decir, yo mismo debo ser paciente para que las cosas se enfríen y vuelvan a la normalidad más normal... MUY EN SERIO quiero decirte que quiero parecerme siem- pre y cada vez más a Dios, y aunque el salmo 30 en el versículo 6 diga respecto a Dios que “su cólera dura un instante y su bondad toda la vida”, yo sigo pregun- tándome y autorrespondiéndome si acaso Dios se enoja, y de plano respondo que no,quedeplanoÉlesDiosyporesoes Dios, porque no padece ningún defectillo como nosotros los miserables seres hu- manos... CUANDO TE MIRAS al espejo con detenimiento, impaciente lector, te das cuenta de la arruga más pronunciada, o de las cejas canas porque el pelo ya ni cano está, o te notas más desmejorado y hasta con ojeras, y de plano mejor ya no te ves en el espejo; si eres lector joven y no necesitas anteojos para mirarte al es- pejo, tal vez notes que el mismo espejo puede tener un defecto de fabricación y entonces podrás decidirte cambiar el es- pejo... SI ACASO DIOS se mirara en un espejo, de entrada habría qué ver si hay espejo que lo pueda abarcar y que lo pueda
reflejar; en el caso de ser posible, aunque el tal espejo tuviera algún defecto de fa- bricación, seguramente la perfección de Dios opacaría y ocultaría -hasta aniquilar- el defecto del instrumento que lo refleja, ¡y a las pruebas me remito!... LEÍ POR AHÍ QUE la madre Teresa de Calcuta (canoni- zada hace ya cinco años) tenía un carácter difícil en privado, que en sus viajes en avión aprovechaba el trayecto para “pasar la cha- rola”, que en la atención a los enfermos solía confiar más en la Providencia que en los tratamientos médicos, y así muchos otros detalles que de cualquier modo no le impidieron reflejar el rostro misericor- dioso de Dios... QUE NO SE NOS OLVIDE que los santos no son “seres perfectos”, sino cristianos en constante conversión, bau- tizados que se esfuerzan denodadamente en seguir a Jesús, hombres y mujeres que siempre pisan el suelo sin dejar de anhelar el cielo, miembros de la Iglesia que -llegado el momento- hasta un manotazo son ca- paces de propinarle a la señora que lo quiere acaparar (¿te acuerdas de lo que le pasó al Papa Francisco?)... NO RECUERDO BIEN SI solamente lo ví o si en verdad lo leí, un tal libro titulado “Los defectos de los santos”, y rebuscando en internet veo que el nombre de su autor -Jesús Urteaga- me trae algún recuerdo más; sea como fuere, lo que tengo claro es que los santos llegan a ser tales pero no por sus propias
Los santos son hombres y mujeres que siempre pisan el suelo sin dejar de anhelar el Cielo.
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DesdelaFeOficial 31 de octubre de 2021 17


























































































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