Page 11 - Impreso
P. 11

  ANGELUS DOMINICAL Por P. EDUARDO LOZANO
OPINIÓN /
entorno laboral, porque finalmente un lugar empieza a ser santo, digno y bello cuando barremos y trapeamos, cuando quitamos basuras y estorbos, cuando respetamos la mesa para comer y el lecho para el des- canso, porque eso de comer en la cama o de dormir en la mesa dará indicio de que estamos enfermos o locos o desubicados... CON LA GARLOPA o el martillo, con la gubia o el serrucho, ya imagino a José dando cátedra a Jesús: “Mira, hijo, da el golpe firme para que el clavo no se doble; y despeja la viruta con cuidado para que no se te meta en un ojo”; también imagino a María dando cátedra a Jesús en afanes domésticos: “Mira, hijo, arremángate bien la túnica para que te enlodes menos; y utiliza bien el agua, que aunque haya buen pozo no debe haber desperdicio”... COMO SI FUERAN primas-her- manas o casi gemelas, las palabras catedral y cátedra hablan de la enseñanza autori- zada, cabal, noble y generosa que ha de dar el entendido, ya tenga excelso grado universitario, o sencilla y acendrada expe- riencia campesina, o minera, o ganadera, o panadera, o zapatera; y lo digo porque me gusta aprender de todo el que con gusto me quiera enseñar... JAMÁS HE IMAGINADO terminar una columna sin algo -aunque poco- que haya aprendido, profundizado o repasado, sin algo que me llene de sa- tisfacción y gozo, sin alguna chispita que imite una estrella y sin alguna nimiedad que me vuelva a lanzar al infinito; y bien sé que aunque no llegue a ganar el Nobel con estas insignificantes líneas, al menos de letra en letra, de palabra en palabra, se va construyendo una minúscula catedral en donde me encuentro con Dios y contigo, o una cátedra en donde aprendo al com- partir y en donde -dado el caso- hasta desfogo mi molestia e indignación por lo que ya no me acuerdo ni cuándo o dónde sucedió...
         JAMÁS IMAGINÉ INICIAR una columna ma- nifestando mi molestia e indignación por algo que no debió suceder en un recinto sagrado tan importante como es una Ca- tedral; y conste que no quiero seguir echándole gasolina al fuego, pero comen- taré la infausta noticia para que pongamos atención a dos puntos: todos estamos en riesgo constante de fallar y todos hemos de aprender -hasta en cabeza ajena- de los errores propios o ajenos para mejorar... LOS HECHOS RECIENTES se pueden sintetizar así: en la Catedral de Toledo se permitió la grabación de un videoclip a ritmo de bachata, con letras que distan mucho de ser una confesión de fe, con bailes que son más propios de ámbitos de salón nocturno que de un templo, y con una pretendida justificación (tal vez eso es lo peor) de apertura a las expresiones culturales de la actualidad... NO ES LA PRIMERA VEZ que un espectáculo se presenta en un recinto sa- grado, ni es la primera vez que alguien mete la pata tan garrafalmente -en una catedral o en cualquier otro sitio-, pero de ahí a querer presentar como un acto de acer- camiento a los alejados, o como una es- trategia de apertura a expresiones artísticas actuales, pues como que no va... CORRÍA EL AÑO 1999 y ya estaba en agenda la pre- sentación de una soprano de fama inter- nacional en la Parroquia de Regina Coeli (como parte del festival del centro histó- rico) cuando la recibí bajo mi responsabi- lidad, y si bien el programa musical no era ciertamente religioso, tampoco incluía algo que provocara el escándalo; de cualquier modo advertí a los organizadores de la ne- ce-si-dad de presentar algo más acorde a la calidad del recinto para ocasiones futu- ras... ME PUSE COMO PERRO -lo confieso con satisfacción pues finalmente atendieron a mis ladridos- y al año siguiente los orga- nizadores llegaron con un programa que resultó ser una catequesis musical escrita
[email protected]
en el año 1600 (Rappresentazione di anima e di corpo, de Emilio di Cavalieri), y viendo todo el esfuerzo y gasto que se haría en algo tan bello y especial, pues me puse doblemente perro y les exigí (si: e-xi-gí) que no lo presentaran una vez sino dos, pues además de valer el gusto, también se desquitó el esmero e inversión en tantos músicos, en tantos cantantes, tramoyistas, técnicos, etc., y fue algo muuuuy adecuado para tan bello templo... Y ME HA TOCADO ver y participar en muchos otros eventos ar- tísticos en recintos sagrados pero jamás en algo que de plano excede la lógica más loca y el sinsentido más insensato; y quiero subrayar que lo grave no es un estilo mu- sical o un tipo de baile, sino la carencia de una finalidad evidente y positiva, cons- tructiva y respetuosa; ¡bueno!, habiendo tantas posibilidades para inventar lo inve- rosímil, tuvieron que atascarse en mano- sear la realeza de una realidad tan digna como la Catedral de Toledo... CUANDO JESÚS EXPULSÓ a los vendedores del Templo de Jerusalén -casi que yo lo vi- no lo hizo por defender unas piedras o un mero sitio li- túrgico, sino porque cuando el hombre es incapaz de respetar lo que exterior y pú- blicamente tiene un valor y un sentido, es porque ya ha perdido el valor y sentido de lo que está en el interior y en lo privado... DEJEMOS A LA CATEDRAL de Toledo y a sus autoridades en su sitio (ya tendrán que corregir, enmendar y mejorar) y vayamos a la catedral de nuestro propio hogar, de nuestro ámbito personal, de nuestro
Vayamos a la catedral de nuestro hogar, porque un lugar empieza a ser santo, cuando barremos y trapeamos, cuando respetamos la mesa para comer y el lecho para el descanso.
  www.desdelafe.mx desdelafemx
desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial 10 de octubre de 2021 11


























































































   9   10   11   12   13