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  ¿Qué se sabe
de los estigmas?
Por *P. José de Jesús Aguilar @desdelafemx
LA PALABRA ESTIGMA se deriva del latín stigma y se refiere a las heridas que apa- recen en algunas personas como imitación de las sufridas por Cristo en su Pasión. Las de las manos y pies recuerdan las heridas provocadas por los clavos; la del costado provocada por la lanza, y las de las sienes a causa de la corona de espinas.
Los estigmas generalmente aparecen acompañados de intensos dolores y han aparecido en personas que manifiestan su deseo de unirse física y espiritualmente a la Pasión de Cristo. Por eso, parte funda- mental de los mismos son los dolores y aflicciones que conllevan.
Si se presentaran sin causar dolor, serían simples apariencias sin sentido.
ESTIGMAS VISIBLES E INVISIBLES
Hay casos en que los estigmas son invisibles y sólo se puede saber que se tienen por el sufrimiento que provocan. Un ejemplo de ellos son los que tuvieron Santa Catalina de Siena y Santa Catalina de Ricci.
Ambas religiosas los habían tenido vi- sibles, pero, por humildad, pidieron a Dios que no se vieran. Su petición fue concedida, y los estigmas desaparecieron, pero no así los dolores.
Las manifestaciones de sangre en los estigmas son diversas. Algunos estigmas sangran copiosamente, pero otros no pro- vocan una sola gota.
DIVERSIDAD DE DURACIÓN
Algunos estigmas son permanentes, otros aparecen y desaparecen sólo en periodos relacionados a la Pasión de Cristo, como la Semana Santa. A estos se les llama pe- riódicos. Finalmente, hay estigmas transi- torios que aparecieron sólo una vez y desaparecieron después de un breve tiempo.
En algunos
casos los estigmas son invisibles, sólo provocan sufrimiento.
         SÍNTOMAS
Son tres los más comunes:
1. Los médicos no logran curar las heridas.
2. Las heridas no emiten olores fétidos.
En este caso hay sólo una excepción conocida: santa Rita de Casia, cuya herida causada en la frente por una espina de la Corona de Cristo, despedía un olor insoportable pero nunca supuró ni causó alteración mórbida de los tejidos.
3. A veces las heridas emiten aromas perfumados (como en el caso de Juana de la Cruz y la beata Lucía de Narni).
El Padre Pío de Pietrelcina tuvo los es- tigmas durante 50 años, pero desapare- cieron milagrosamente en el momento de su muerte.
¿DON DE DIOS O DEL MALIGNO?
Su explicación tiene tres vertientes. Puede tratarse de un don que Dios concede a quienes han pedido unirse más profun- damente a la Pasión de Cristo. En otros casos, las heridas pueden ser causadas por el mismo sujeto mediante la acción de su imaginación, aunada a emociones muy vivas que pueden reproducir en él las llagas de Cristo.
En este segundo caso, las personas ten- drían el mérito de aceptar la prueba, pero su causa no sería sobrenatural (el Papa Benedicto XIV opinó que la imaginación o un gran deseo pueden acelerar o retardar las corrientes nerviosas, pero que no había constancia de su acción sobre los tejidos); un último caso podría ser por influencia demoníaca, con la intención de engañar al estigmatizado para hacerlo caer en soberbia.
En caso de que el estigmatizado siga un proceso de canonización, sus estigmas no son considerados como signos de san- tidad ni como milagros.
*El autor es sacerdote de la Arquidiócesis de México.
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DesdelaFeOficial 3 de octubre de 2021 5






































































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