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 Septiembre es el mes de la patria, y nos invita a recordar nuestros símbolos nacionales, algunos de los cuales nos hablan claramente de Dios.
Por Redacción DLF @desdelafemx
L os fundadores del México independiente tenían muy presente a Dios y a la Virgen de Guadalupe, a quienes agradecían Su intercesión en la confor- mación de un país con una identidad
propia y una historia libre de construir. A 200 años de la conclusión de la Independencia, la religiosidad que ha caracterizado a México puede verse re- flejada en el estandarte del Cura Hidalgo, con la Guadalupana, pero también en tres símbolos relacionados a la identidad nacional: la Campana de Dolores, el Him-
no Nacional y nuestra Bandera.
En ellos puede verse claramente que ni la piedad a Dios, a los Padres de la Patria y a la Nación se contraponen, muy
al contrario, se complementan.
La Iglesia católica enseña que el res- peto y veneración a los símbolos de la patria cae dentro de la virtud de la piedad, la cual nos inclina a tributar el honor y servicio debidos a los Padres, a la Patria y a todos los que se relacionan con ellos. La razón por la que los católicos lo hacemos es porque somos sus deudores por haber recibido, primero de los Padres, pero también de tantos otros, lo que ahora somos; por lo tanto, en reciproci- dad, debemos agradecerles y honrarles de diversas maneras, y a través de ellos
honrar a Dios.
Veamos a continuación con más de-
talles cada uno de estos símbolos y cómo en su creación la presencia de Dios ocu- pó una parte central.
        DIOS
EN LOS SÍMBOLOS
  PATRIOS
Por Carlos Villa Roiz @desdelafe.mx
LA CAMPANA DE UNA IGLESIA
Cuando el cura Miguel Hidalgo y Costilla, Padre de la patria, llamó al pueblo para iniciar la lucha por la Independencia Nacional aquel 1810, tocó la campaña
de su parroquia y con ello, tal vez sin proponérselo, puso esta noble causa bajo el amparo de san José.
Así es, la Campana de Dolores está consagrada al padre adoptivo de Jesús, “protector universal y guía de todo el género humano”. En el metal, con alto relieve, puede leerse el nombre del santo y también la fecha de su fundición: 22 de julio de 1768.
La campana de mide 1.06 metros de diámetro y 77 centímetros de altura; hoy se encuentra en el palco presidencial del Palacio Nacional.
Sin embargo, la presencia del santo no solo está en la campana, también en la propia parroquia de Dolores donde ocurrió el Grito de Independencia.
El templo, de estilo churrigueresco, se empezó a construir en 1712, en un predio donado por María de la O, y se terminó en 1778, cuando era cura don José Salvador Fajardo. La Iglesia tiene dos altas torres de tres cuerpos cada una.
En su interior, los retablos laterales son de madera, uno sin dorar, y está dedicado a San José. El altar mayor original fue sustituido de 1871 a 1873, por Zeferino Gutiérrez.
Todo parece indicar que cuando el templo aún no estaba terminado, se comenzaron a celebrar Misas en la iglesia, de modo que la campana fue instalada en una estructura de madera en 1768, donde permaneció hasta abril de 1777 cuando el primer cuerpo de la torre oriental fue concluido.
En el archivo histórico de Morelia del obispado de Michoacán, aparece el nombre de Francisco Licazo, como sacristán mayor
en 1768, por lo tanto, es posible que él haya sido el primero en tocar la campana.
Cuando la campana de Dolores fue fundida, en 1768, Don Miguel Hidalgo y
su hermano José Joaquín, iniciaban sus estudios para sacerdote en el Colegio de San Nicolás en Valladolid. Fue hasta el 3 de octubre de 1803 que el ahora Padre de la Patria quedó al frente de la iglesia.
El 28 de junio de 1886, la campana fue bajada de la torre oriental en presencia
de notarios y fue trasladada a la Ciudad
de México en ferrocarril, custodiada por el ejército. Llegó a la ciudad de México el 30 de junio, se guardó en el museo de artillería, hasta el 14 de septiembre que partió un desfile desde la Glorieta de Colón, en un carro tirado por 6 caballos frisones.
Al llegar a Palacio Nacional, Porfirio Díaz la recibió a las 10:43 a.m., y en su discurso dijo: “... el gobierno acepta el honroso encargo de cuidar la preciada reliquia, ya que es como el fonógrafo que guarda la voz del Cura Hidalgo, convocando al pueblo mexicano a defender su libertad”. Desde entonces, se comprometió a tocar la campana cada año “recordando al pueblo de México que debe ser libre y soberano”.
A las 12:40 quedó colgado el esquilón y se soltaron mil palomas blancas al vuelo. La campana fue tocada por primera vez en Palacio Nacional, en el 86o. Aniversario del Grito de la Independencia, en 1896.
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desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial 5 de septiembre de 2021 5































































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