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 página 2 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 29 de agosto de 2021 Entrevista al misionero argentino en Mozambique Juan Gabriel Arias
La desigualdad mata
 LORENA PACHO
La desigualdad mata. Es una frase sencilla de tres palabras, pero terriblemente contun- dente, que encierra una realidad histórica que se ha recrudecido con la pandemia ac- tual. La falta de acceso a las vacunas en mu- chos países pobres, que no tienen ni siquiera al personal sanitario o a los grupos de riesgo inmunizados, mientras que los más ricos tie- nen a más de la mitad de su población vacu- nada o incluso excedentes de dosis, se está traduciendo en una dramática pérdida de vi- das, entre los más necesitados principalmen- te. Además, sin un acceso equitativo a las va- cunas, los más pobres retrasarán fuertemen- te su recuperación socioeconómica. Tam- bién es una cuestión moral y de salud públi- ca. Si no se cierra la brecha en el acceso a las vacunas no se podrá superar la pandemia. El padre Juan Gabriel Arias, misionero ar- gentino en Mozambique, uno de los países más pobres del mundo, conoce muy bien los estragos que generan las desigualdades y pronuncia con amargura la funesta frase de tres palabras. En conversación con L’Osser- vatore Romano repasa las problemáticas que están desangrando al país africano en estos tiempos difíciles. “La desigualdad es un problema histórico que existe y que va a continuar existiendo, es terrible, en muchas ocasiones los países ricos se benefician de las materias primas de los países pobres y ex- plotan la pobreza, no son inocentes, tienen mucha responsabilidad en esta situación”, apunta. Y se lamenta: “Ese egoísmo de ver que mueren personas y no hacer nada, te- niendo exceso de vacunas, pudiendo com- partir, ya que en algunos países hay exceso y en otros no hay nada”. Aporta además una frase, fruto de su experiencia directa, para reflexionar: “La desigualdad se nota, se sien- te y muere mucha gente por ello, la desigual- dad mata”.
Él conoce el terreno desde hace más de una
ANDREA MONDA director
Silvina Pérez Jefe de la edición
Lorena Pacho Redactora en lengua española
Arturo López Responsable gráfico de la edición española
década y está allí ininterrumpidamente des- de 2014. Cuando comenzó la pandemia, mu- chas organizaciones humanitarias interna- cionales salieron del terreno para proteger a sus trabajadores del virus. La Iglesia Católi- ca fue la única institución que se quedó en los momentos más arduos. Él no abandonó a las comunidades locales que acompaña y a las que presta apoyo no solo espiritual sino también material y que tanto lo aprecian. “Hay muy poca gente ayudando en el terre-
que el Gobierno se confió en que no iba a ve- nir fuerte”, apunta el misionero. Explica además que el país africano durante la pan- demia ha tenido una de las tasas de conta- gios más bajas del mundo, por varias razo- nes: entre otras, porque la población es en general joven, porque un gran porcentaje de los habitantes se concentran en zonas rura- les, donde hay menor concentración de per- sonas, se vive más al aire libre y por lo tanto es más difícil contagiarse. Pero en cambio,
tiene una escalo- friante tasa de mortalidad cuan- do los enfermos de covid-19 ingre- san en el hospital, una de las más al- tas del mundo pa- ra medir este pará- metro. “Más del 60% de las perso- nas que entra en el hospital fallece”, señala el padre
Juan Gabriel Arias. Y añade: “Si alguien se enferma y necesita ayuda externa, como un respirador, terapia intensiva o ser intubado la situación se vuelve complicada. El sistema de salud no es idóneo para ayudar a las per- sonas a poder sobrevivir”. También detalla: “La gente tiene miedo, terror, saben que si agarran el virus, están indefensos, no tienen como defenderse”.
El padre Gabriel también resalta con aflic- ción la falta de material sanitario y de pro- tección. “Los médicos, el personal de salud, no tienen mascarillas, no tienen guantes su- ficientes, no hay máscaras de oxígeno”, apunta. Y ofrece un ejemplo terrible: “En muchos hospitales están utilizando catéte- res grandes para los niños porque no hay pe- queños como los que deberían usarse para ellos”.
También subraya la dificultad de acceder a
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 no”, alerta. “La falta de personal extranjero se percibe incluso en el trafico en la capital, los extranjeros normalmente son quienes tienen acceso a los autos, y ahora hay mucha menos circulación”, dice. La de la Iglesia es una ayuda muy importante. En las 45 comu- nidades que atiende, algunas hasta a 90 kiló- metros de su casa, la Iglesia católica es la única que está ayudando en el terreno, no solo con el coronavirus sino con pozos de agua, escuelas o comedores escolares. “La gente la respeta mucho a la institución”, in- cluso quien pertenece a otros credos, expli- ca.
Cuando habla del avance de la pandemia, señala que las primeras dos olas fueron rela- tivamente tranquilas, el país se convirtió en “una burbuja”, describe, no había muchos contagios, pero lo peor llegó con la variante Delta, que comenzó a hacer estragos. “Creo
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