Page 5 - Impreso
P. 5

  Por P. Eduardo Lozano @desdelafemx
L a Buena Noticia del gran amor de Dios por todos los hom- bres se contiene escrita -de modo privilegiado- en el texto de los cuatro evangelistas. Y la misma Buena Noticia también se contiene, se pal- pa y se vive en tantas situaciones donde elserhumanoseabrealbienyalapaz,a
la justicia y a la fraternidad.
No dudo en calificar como “evangelio
actual” a cada competencia deportiva que lleva al encuentro humano, convocándonos a superar barreras y descalificaciones ab- surdas, o situándonos en cercanía solidaria y festiva. ¿Acaso no dejamos atrás con- frontaciones bélicas y diferencias ideoló- gicas o políticas -y hasta religiosas- por vivir y convivir en un terreno común y abonado por el auténtico espíritu deportivo?
En la narración de los evangelios en- contramos a Jesús que sana y perdona, que da alimento a la multitud en señal de un alimento mayor y profundo. En las com- petencias deportivas -particularmente las olímpicas- podemos ver que se sanan las fronteras y se perdonan los enconos ideo- lógicos, que se multiplican los dones para llenar de esperanza a multitudes, en señal de un alimento fraternal aún mayor.
¡Qué anécdotas -así de impactantes- cuando un competidor ayuda a su com- pañero caído antes de llegar a la meta! (Hamblin/D’Agostino, Río de Janeiro, 2016) ¡Qué mensaje tan abierto y claro de frater- nidad cuando la competencia no sigue la ruta de la descalificación, sino de la co- munión en el triunfo! (Tamberi/Barshim,
Tokio, 2020) ¡Qué preciosa lección cuando se participa con lealtad y espíritu fraterno a pesar de tener al dictador en contra! (Owens/Long, Berlín, 1936). Me parecen ejemplos de evangelio deportivo, de buena noticia olímpica, en donde la verdadera superioridad no está marcada por números en un tablero ni por medallas ganadas, sino por la calidad del corazón, por el Espíritu de Dios que a todos nos hace hermanos.
Notemos un factor que debería ser co- mún en cualquier competencia: el autén- tico espíritu deportivo no consiste en la superioridad sobre el competidor, sino en la superación constante ante los retos y límites, en comunión y solidaridad. Ahí está el evangelio que necesitamos en otros ámbitos de la convivencia humana, en donde más bien disfrazamos nuestras dis- cordias y solapadamente pretendemos aniquilar al que no piensa, no hace o no dice como nosotros. Teniendo como oca- sión los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Desde la fe quiere hacer un sencillo re- cuento de momentos, imágenes, hechos, encuentros, que bien pueden compendiar- se como un evangelio que necesita el mundo actual, en donde no sólo nos es- forcemos por “citius, altius, fortius” -“más rápido, más alto, más fuerte”, según dicta el tradicional lema olímpico-, sino que entremos en el espíritu de la palabra que ha sido añadida recientemente a tal lema: “communiter”, juntos, unidos.
Por cierto: debe ser un evangelio de- portivo auténticamente católico: que vaya más allá de fronteras, ideologías, riquezas materiales y hasta de circunstancias crí- ticas como la pandemia.
¡Qué la Luz de Cristo siga resplande- ciendo en los verdaderos atletas y que en los Juegos Olímpicos todos los pueblos alaben al Señor!
          www.desdelafe.mx desdelafemx desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial 8 de agosto de 2021 5























































































   3   4   5   6   7