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21 de julio de 2024 www.desdelafe.mx
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ELEMENTOS
PARA ENTENDER
LA MISA 15
En esta edición te presentamos
la segunda parte del artículo
titulado “15 elementos para en-
tender la Misa”. En éste, damos
respuesta a algunas preguntas que nos han
enviado nuestros lectores sobre la cele-
bración de la Eucaristía y los objetos litúr-
gicos que en ella se emplean.
En la edición anterior, explicamos el
significado y uso de algunos lugares de la
iglesia, como el Sagrario; algunos objetos
sagrados, como las vestiduras litúrgicas y
los elementos que se colocan en el altar,
y gestos y momentos importantes de la
celebración, como la genuflexión, el beso
litúrgico, las Lecturas de la Misa y la
Homilía.
En esta segunda entrega, hablaremos
del ayuno eucarístico, la elevación de las
manos por parte del sacerdote y la epícle-
sis. Te diremos también a qué se le llama
“Transubstanciación”, cómo se debe rea-
lizar correctamente la Comunión y cuál es
el papel de los Ministros Extraordinarios
de Eucaristía en la iglesia.
Insistimos en que, si bien se trata de
una explicación muy sencilla, el objetivo
de este tema es motivar a nuestros lectores
a conocer más la riqueza de la liturgia ca-
tólica y acrecentar su amor por la Sagrada
Eucaristía.
¡Que lo disfrutes!
Respuesta a las dudas
más frecuentes
sobre objetos
litúrgicos y momentos
importantes en la
Santa Misa.
El ayuno eucarístico es obligatorio al
asistir a la Misa, para que los fieles vayan
bien preparados espiritual y físicamente,
a fin de encontrarse con Cristo en la
Eucaristía.
Consiste en abstenerse de tomar cual-
quier alimento o bebida una hora antes
de la Sagrada Comunión.
Es una de las condiciones para poder
recibir la Eucaristía. Otras condiciones
son: ser bautizado, no tener pecado
mortal (si se tiene hay que confesarse
antes de poder comulgar), y recibir
consciente y devotamente la
Eucaristía.
En la Santa Misa sólo se permite tomar
agua cuando es indispensable tomar
una medicina, pues ésta no rompe el
ayuno eucarístico.
Es un gesto con el cual el sacerdote pide
a Dios que purifique sus manos para que
pueda servirle con limpieza del alma.
Mientras se lava las manos, el sacerdote
dice en secreto: “Lávame, Señor, de mis
culpas, y purifícame de mis pecados’,
conforme a las palabras del Salmo 51.
Con una jarrita, el acólito o algún ser-
vidor del altar vierte agua sobre las
manos del sacerdote.
Los fieles pueden unirse con el corazón
a este gesto, pidiendo también en si-
lencio su purificación.
1. Ayuno
eucarístico
2. El lavado
de las manos
ESCANEA
PARA CONOCER
MÁS DEL TEMA
SEGUNDA PARTE COLECCIONABLE
Por Nayeli Torres
@desdelafemx
AÑOS ATRÁS, EL AYUNO EUCARÍSTICO INICIABA
DESDE LA MEDIANOCHE, SAN PABLO VI
ESTABLECIÓ LA PRÁCTICA ACTUAL.