Las claves del padre José de Jesús Aguilar para consolidar nuestra felicidad: valores, actitudes y decisiones

Leer más

Seamos humildes, como admirablemente los pies saben hacerlo

Seamos humildes, como admirablemente los pies saben hacerlo
Mons. Alfonso Miranda Guardiola.
Creatividad de Publicidad

Los pies están lejanos de la cabeza, conocen el suelo, las espinas, las piedras, las serpientes, lo áspero y lo intrincado. Son el equilibrio del cuerpo y soportan todo el peso.

Nos llevan por los senderos de la vida, saben correr sobre los escollos. Saben saltar y no es su culpa que el esqueleto no tenga alas… Los antiguos los amaban y la primera señal de hospitalidad era lavarlos a los caminantes.

Saben orar meciéndose ante un muro como los judíos, o doblándose en un reclinatorio como los cristianos, o estar descalzos ladeados en el piso, como rezan los jóvenes y los niños. No saben acusar y no empuñan las armas; no obstante, les han puesto grilletes. Y también fueron crucificados…

Ser pie, ser pequeño, nunca significará no tener importancia, o no tener una misión.

En un alarde de destreza, pueden balancear todo el peso de nuestro cuerpo sobre una superficie reducida y en movimiento. No gritan, pero saben plantarse en medio de las plazas y exigir justicia. Son divertidos, saben jugar pelota, pedalear y nadar. Son alegres, saben bailar cumbias, polkas, y lo que les toquen.

Si el “homo erectus” ha sido capaz de enderezarse, de dominar el horizonte, de levantar la cabeza y mirar hacia el mismo cielo, ha sido porque la fortaleza de sus pies lo sostienen. Si se paralizan los pies, se paraliza el hombre.

Y finalmente, no tienen miedo, al morir, siempre van por delante.



 

+Alfonso G. Miranda Guardiola

 

Inspirado en el poema de Erri de Luca: “Elogio de los pies”. Y de la reflexión dominical de Mons. Enrique Díaz del 28 de agosto 2022

 





Autor

Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey. 

Tik Tok

Tik Tok
Tik Tok
Tik Tok

NEWSLETTER

Recibe nuestro boletín semanal