El dinero de las ofrendas económicas que dan los peregrinos que visitan la Basílica de Guadalupe se ocupa en los múltiples gastos que genera este recinto.
Entre ellos están la nómina laboral de más de 400 empleados; el mantenimiento constante anual del recinto y edificios que componen La Villa; el gasto de servicios (que es de varios millones de pesos al año).
Lo que queda es para usos extraordinarios de las actividades de la Basílica de Guadalupe.
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